La cartografía de suelos críticos para la recarga de acuíferos de la dirección general de Política Territorial y Paisaje se ha elaborado para «aplicar medidas de protección que eviten la disminución de los recursos hídricos renovables o la contaminación». Para clasificar el territorio se ha tenido en cuenta «la permeabilidad de los materiales aflorantes en superficie, que están hidráulicamente conectados con las masas de agua subterránea». Cuanto más permeable es el suelo hay una «mayor infiltración del agua procedente de la lluvia o de los cauces a la masa de agua subterránea». Otra variable ha sido el «estado global de las masas de agua subterránea» determinado por «el peor valor de su estado cuantitativo -no se sobreexplota y se recarga más de lo que se extrae- y de su estado químico o cualitativo -no presenta efectos de salinidad, no rebasa las normas de calidad o no causa daños a los ecosistemas terrestres-».
