Justo en la semana del gran pacto del primer año de legislatura entre la izquierda gobernante y el centroderecha por la reconstrucción de la Comunitat Valenciana, un acuerdo que aúna sensibilidades muy distantes pero que permite un consenso autonómico con escasos precedentes, han aflorado en el seno de los partidos del Botànic posiciones alejadas en al menos tres cuestiones que pueden complicarse a la vuelta del verano.
Gusta decir en los partidos que sustentan al Consell que el pacto está blindado a prueba de bombas y condicionantes externos, pero a las complicaciones diarias de un gobierno tripartito se unen cuestiones que muchas veces ponen en jaque la cohesión del discurso.
Ha ocurrido esta semana en cuestiones como el papel de la monarquía, la rebelión de los ayuntamientos por los fondos «confiscados» por el Gobierno de España que permanecían congelados desde los tiempos del exministro Montoro o con el montante de los fondos europeos para la reconstrucción tras el pacto europeo, que los socialistas consideran un logro del Gobierno de Pedro Sánchez pero que en Compromís o en Unides Podem apuntan que es escaso.
La gestión de los superávits de los ayuntamientos no es un tema menor. La indignación en los ayuntamientos con la decisión del Gobierno de Sánchez se ha disparado esta semana, incluso entre representantes socialistas, y en el ámbito municipal Compromís tiene una fuerza nada desdeñable en la Comunitat Valenciana. En muchos ayuntamientos, además, la coalición gobierna con representantes del PSPV. La brecha va a ser importante, aunque está por ver que el Gobierno de Sánchez pueda salvar en el Congreso el decreto que «confisca» el dinero de los remanentes municipales.
Otro asunto que separa en estos momentos a los socialistas de sus socios de gobierno es la cuestión de la monarquía. Antes de la salida de España del rey emérito, el PSPV ya frenó en las Corts Valencianes una petición de Compromís que exigía una investigación en el Congreso a las cuentas del anterior jefe del Estado. Los socialistas evitaron con su abstención que la reclamación del socio prosperara.
Pero las iniciativas sobre la cuestión monárquica se van a acumular en la cámara. Ayer mismo Unides Podem anunció que va a presentar una proposición de ley para que las Corts insten a la convocatoria de un referéndum sobre monarquía o república y Compromís también va a volver a la carga. De hecho su portavoz en el Congreso, Joan Baldoví, es uno de los más activos en la exigencia de una comisión de investigación sobre las cuentas de Juan Carlos I. El líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, ya ha señalado que el debate sobre la forma de Estado es legítimo, pero apeló a no abrir un momento de confrontación en tiempos en que se necesita más que nunca cohesión para salir de la crisis. Pero sus socios no están dispuestos a olvidarse del asunto.
Y queda la gestión de los fondos europeos, una de las claves de la reconstrucción y que también pueden convertirse en factor de desestabilización del Botànic. De momento será el Gobierno de España el que tenga voz en el reparto de las ayudas, pero en el debate sobre los fondos europeos del pasado jueves en las Corts ya se vio un discurso distinto entre los socios. El presidente Puig aseguró que era de justicia felicitar al Gobierno por el alcance del acuerdo del que España puede beneficiarse en 140.000 millones, pero el síndic de Compromís, Fran Ferri, sostuvo que el montante de dinero tampoco es para estar eufóricos porque resulta insuficiente. Posición similar a la de Unides Podem, donde lamentan que el dinero que pone la UE para la reconstrucción no llegue ni a un punto del PIB europeo.
Debates de momento externos y de difícil consenso que amplían el número de cuestiones en las que el tripartito tiene más de una voz.
