Un olivo, árbol de sabiduría, de paz y reconciliación, preside el «raconet de Leo», uno de los espacios exteriores que el colegio público Port de Xàbia ha convertido ahora en aula. Que los alumnos aprendan en este rincón en el que se recuerda a Leopold Cervera es un gran homenaje a quien fue director del centro entre 1991 y 2012 y que falleció hace ahora 6 años. Clases al aire libre y a la vera de un olivo. En este rincón, la educación se vive con naturalidad. Unos troncos de una tala de pinos derribados por el viento sirven de banquetas y mesas. La enseñanza se oxigena.

La gran innovación educativa de la Marina Alta en este extraño curso de las mascarillas, los termómetros y las distancias es la de impartir las clases al aire libre. El colegio Port de Xàbia ha apostado por dar uso de aula a sus espacios exteriores. Los alumnos se adaptaron ayer, en el primer día de clase, sin problemas. Es cierto que el tiempo no terminó de acompañar. A media mañana, el cielo se puso negro y empezó a lloviznar. Las clases prosiguieron en el interior del centro. Pero los días que haga bueno, que son la mayoría en este municipio, el aula no tendrá paredes.

En el patio, los maestros han colocado mesas de pícnic. Los escolares estuvieron a sus anchas. Las autoridades sanitarias han pedido que se abran las ventanas de las aulas y corra el aire. Al aire libre ese problema de la ventilación está resuelto.

La directora del centro, Isabel Moreno, se mostró muy satisfecha de cómo estaban funcionando las clases al aire libre. Este diario estuvo durante unos momentos en una de estas aulas y se veía a los escolares contentos y atentos. Tras 6 meses sin cole presencial, el reencuentro con los compañeros fue felicísimo. El patio de este centro es, además, muy acogedor. Hay árboles de gran porte que dan sombra y protegen del viento.

En colegios con grandes patios y de municipios que, como los de la Marina Alta, gozan de un agradable clima durante buena parte del año, las clases al aire libre pueden ser un camino educativo a explorar en este difícil curso de la pandemia.

En esta comarca, el inicio de las clases se desarrolló sin aglomeraciones ni sobresaltos. La entrada escalonada evitó que los padres y los alumnos se agolpasen en las puertas de los centros. Además, prácticamente todos los colegios han habilitado más accesos. Se repitió la imagen de las alfombrillas en las que los escolares se desinfectaban las zapatillas y la de la toma de la temperatura. Las familias, los escolares y los maestros compartían la alegría de haber recuperado la normalidad de la vuelta al cole.