Las PAU (Pruebas de Acceso a la Universidad) vivieron ayer un día de regresos. Primero, porque campus como el de la Universidad Politécnica de València volvieron a recibir alumnos tras casi seis meses cerrados. Segundo, porque las aulas universitarias fueron de nuevo el espacio en el que realizar el examen después de la prueba de junio que, por las circunstancias sanitarias, tuvo que hacerse en los institutos. Y tercero, porque la prueba extraordinaria para aquellos que suspendieron o quieren subir nota retornaba al mes de septiembre después de siete años celebrándose en julio. Todo, con el inicio de curso universitario en menos de una semana.

Casi medio año había pasado desde que nadie vertía nervios sobre las clases de las universidades valencianas. Menos desde que los alumnos no hacían suyas las respiraciones previas de relajación. De la primera prueba de julio a la que comenzó ayer han pasado dos meses y dos cambios importantes. El primero de ellos, la mencionada ubicación. El regreso de las clases en los institutos sumado a que por el número de participantes, mucho menor que meses atrás dado el alto grado de aprobados, hacía más sencillo que la logística examinadora se concentrara en diferentes sedes universitarias. El segundo, muy visible también, es la obligación de llevar mascarilla durante toda la selectividad, tanto dentro del aula como posteriormente en cada espera en pasillos o exterior, a diferencia del primer examen donde en el momento de sentarse a escribir podían tener boca y nariz descubiertas.

Mascarilla y septiembre fueron dos de los aspectos más comentados al salir. «Se hace pesado estar todo el rato con la mascarilla, al final molesta», manifiesta Jaume Bernabéu, del IES Ferrer i Guardia, quien dice que no le ha afectado el aplazamiento a septiembre porque ha tenido «más tiempo para prepararlo». Más crítica con la fecha se mostró Marisol Folgado, del IES La Senda de Quart de Poblet: «Me parece un poco mal porque la distribución de las matrículas se alarga y las clases empiezan antes de que te digan si has entrado o no en un sitio, pero es lo que se ha dado este año». «Te da más tiempo para estudiar, pero no puedes disfrutar bien del verano», dice Ruth Ncomo-Atteba Esono, del IES Joanot Martorell, para quien «la mascarilla causa más nervios».

Preparación del curso

A la obligación de los tapabocas (y narices) se unen la distancia de seguridad tanto en la fila de entrada como entre mesas, las ventanas abiertas constantemente, que durante las pruebas el alumno se siente siempre en el mismo sitio, la petición de no quedarse hablando en los pasillos una vez finalizado el examen o el refuerzo de los servicios de limpieza y desinfección, especialmente en los baños.

De esta manera, según expresó la consellera de Innovación y Universidades, Carolina Pascual, «los cerca de 3.000 estudiantes que se están examinando estos tres días lo están haciendo en las mejores condiciones posibles dentro de lo que cabe». Así, aseguró «normalidad» y no tener registrada «ninguna incidencia».

Según explicó José Mas, responsable de la Politécnica en la organización de las PAU, hasta 700 alumnos se examinaban en la UPV, 400 de ellos en el Campus de Vera, en la ciudad de València, repartidos en cuatro sedes. Asimismo, señaló que se ha «advertido que aquellos que presenten síntomas no vengan» permitiendo que se presenten más adelante: «Se han habilitado unas fechas a final de mes para los que por circunstancias del virus no puedan hacer la prueba ahora».

La prueba extraordinaria deja una primera toma de contacto del alumnado con las universidades después del cierre total que han vivido desde marzo. «Va a ser bastante distinto tener a 700 haciendo este examen que la vuelta a las clases de los universitarios que son 20.000 en este campus, es un factor de escala muy importante», asegura Mas, catedrático en el Departamento de Matemáticas Aplicada, quien, en cambio, señala que estas pruebas «sí que sirven como preparación de espacios, de entradas o de algunos aspectos como el gel hidroalcohólico».

Franquismo y Clara Simó

Historia fue el examen que abrió la veda con dos opciones: Guerra de Independencia Española en el siglo XIX y franquismo en el siglo XX. «He cogido siglo XIX, ha ido bien, en agosto he ido repasando, pero en julio habría sido mejor», expresa Nuria García, del IES Joanot Martorell, quien asegura que quiere hacer la carrera de Turismo y sino un Grado Superior. Javier Amatur, del IES nº1 de Cheste, se decantó por el siglo XX y aunque dice que le fue «bastante bien», el texto lo considera «algo rebuscado». Le siguió por la mañana el examen de Valenciano con un texto de Clara Simó, la autora alcoyana que falleció el pasado enero en Barcelona. Por la tarde fueron las pruebas de modalidad mientras que para hoy toca Inglés y Castellano.