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Más botellón y fiestas ilegales tras el cierre del ocio nocturno

La Federación de Vecinos denuncia que en València «hay un botellón en cada parque» - Las quedadas y reuniones prohibidas se han generalizado este verano en las ciudades valencianas

Imagen de archivo del macrobotellón de Benimaclet, de hace 12 días. levante-emv

Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Pego desalojaron ayer una «rave» donde se habían citado personas venidas de toda España, según fuentes de la policía del municipio. Ninguno de los participantes en esta fiesta ilegal llevaba mascarilla. Al parecer, el titular de la nave, que no sabía nada de tal evento, es el padre del organizador de la fiesta ilegal. El promotor avisó a varios amigos para reunirse en el local, situado en el Camí Marja Majors de Pego, alejado del núcleo urbano. La convocatoria masiva se habría organizado a través de las redes sociales y logró congregar a decenas de personas (algunas fuentes hablan de más de cien), venidas desde distintos puntos de España. En el momento en el que irrumpen los agentes -cuatro patrullas de la Guardia Civil y varias de la Policía Local de Pego- hallaron a unas 40 personas. Se sospecha que, en ese momento, buena parte de los participantes ya habían abandonado la rave y que otros podrían ocultarse en los campos de la zona. La Dj de la fiesta era de Albacete y está confirmado que había personas de Picanya, Cabo de Gata, Madrid y Zamora, entre otros puntos del país. Los agentes efectuaron decenas de identificaciones y de propuestas de sanción individuales. El organizador tendrá una más grave. El cierre del ocio nocturno decretado a mediados de agosto y prorrogado el pasado 5 de septiembre por la Generalitat para frenar el incremento de contagios por coronavirus ha tenido una consecuencia colateral en el orden público. La clausura de pubs y discotecas ha disparado y agravado el fenómeno del botellón y de las fiestas ilegales, quedadas o raves en chalés, casas de campo o alquerías, en las últimas semanas. Ayer en?una casa de campo de Pego, la Guardia Civil y la Policía Local disolvieron una fiesta rave en la que participó un centenar de personas. En la noche del sábado al domingo, solo en València, la policía local realizó múltiples actuaciones para desmantelar decenas de microbotellones, en parques y jardines. Los agentes volvieron a actuar y sancionar en barrios y zonas como plaza Honduras, Bombero R. Duarte, Jerónima Galés, San Pancracio, Blasco Ibáñez, plaza de la Virgen, plaza del Cedro y calle Ruaya. Todos ellos son enclaves habituales del botellón al igual que la plaza de Benimaclet, la Creu Coberta o el barrio del Carmen. Todas estas reuniones multitudinarias, no solo están prohibidas por las normativas derivadas de la pandemia actual sino también por las leyes vigentes desde antes del Estado de Alarma. No se puede beber alcohol en la calle, ni poner música ni montar escándalo desde hace años. Ahora, desde la vuelta a «la nueva normalidad», hay que llevar mascarilla y mantener la distancia de seguridad, cosa que no se suele cumplir en estas concentraciones ilegales . La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de València María José Broseta lamentó ayer que hoy en València «en cada parque, hay un botellón».? «Hay muchos», dice Broseta. Entre otros factores, porque la gente sale a cenar y cuando se cierra el bar no hay ningún sitio donde seguir la fiesta. Entonces se van al parque más cercano , según añadían fuentes policiales a Levante-EMV. Broseta ha solicitado una reunión urgente a la policía local pero también a la Subdelegación del Gobierno y a la policía nacional para poner freno «a este rebrote del botellón en distintos puntos de la ciudad», un problema que «ya empezamos a detectar desde junio» pero que con el cierre del ocio nocturno «ha empeorado». Por su parte, el portavoz de la AVV de Benimaclet Paco Guardeño exigió a las autoridades «que hagan cumplir las normas sanitarias que nos han impuesto a todos los ciudadanos». Ejemplos de concentraciones festivas ilegales habido en multitud de barrios y ciudades durante todo el verano. Hace 12 días, en Benimaclet, en una alquería cercana al cementerio, se desmanteló un macrobotellón con 300 personas. En Dénia, Xàbia y?Calp se han puesto de moda las fiestas privadas en chalés, sin mascarilla ni distancia social. El caso más llamativo fue la celebrada en un chalet de Xàbia, donde se juntaron 137 estudiantes de Madrid. En Ontinyent, el consistorio utilizará drones para vigilar y combatir los botellones. En Torrent, a principios de agosto, Compromís alertó de los mini-botellones en los parques públicos. Además, la policía local intensificó el control en las fiestas privadas del Vedat, y disolvió dos de ellas, una con más de 30 asistentes. En Paterna, por último, se desmanteló una macrofiesta con un centenar de reunidos en el polígono Táctica.

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