Una mano tendida para pactar las cuentas de la Generalitat para 2021, pero con la otra presta a atizar por una gestión del Botànic que «va camino del caos». En esta dicotomía se movió ayer la intervención de la síndica del PP, Isabel Bonig, en las Corts, un discurso que busca salvar una complicada estrategia: consolidar al PP como referente de la oposición sin caer en la radicalidad y evitar que quede arrinconado por una agenda política marcada por el acercamiento entre Ciudadanos y PSPV.

En un tono menos estridente que el habitual, pero duro en el fondo, Bonig defendió la «lealtad crítica» mostrada por su partido durante la pandemia y ofreció al presidente Puig salir del debate con un pacto sobre los presupuestos de la Generalitat de 2021. Una oferta, mantuvo, sin «condiciones ni líneas rojas», pero que en la práctica incluye peticiones difíciles de aceptar por parte del Consell como la bajada de impuestos o la reducción de conselleries y altos cargos. Bonig desgranó sus otras propuestas, algunas incluso de esencia botánica y fácilmente aceptables para el tripartito, como el blindaje de la sanidad o el refuerzo de los servicios sociales, pero esta disposición a dialogar se entremezcló con duras críticas a Puig, a quien desacreditó como presidente de la Generalitat por su gestión de la epidemia. Lo acusó de estar más pendiente de su «imagen pública» que de gestionar y consideró «indecente» que en lugar de atender las necesidades de los más vulnerables esté pendiente de cuestiones políticas. «¿Tiene la conciencia tranquila de que ha hecho todo lo que estaba en su mano?», le preguntó, al tiempo que le impelió a actuar como presidente de la Generalitat y no como secretario general del PSPV.

Una acusación que, poco después, le echó en cara Puig en su turno de réplica, pero que Bonig volvió a repetir: «Es indecente utilizar la propaganda en beneficio propio», soltó. Para Bonig, Puig «no puede dirigir la Comunitat quien no tiene palabra ni credibilidad». Bonig aseguró que los ´ximo anuncios´ abocan a la «frustración» porque no se cumplen. «Usted es un hombre anuncio», indicó . Frente al balance del jefe del Consell, afirmó que «la realidad es la que está fuera» y se refirió a las protestas del colectivo sanitario. Para la presidenta del PPCV, Puig se está quedando como «espectador de los problemas» y le instó a tomar las riendas del Gobierno, por ejemplo, ordenando la realización de test masivos.

En el capítulo de reproches, Bonig habló de la reivindicación de la mejora de la financiación que considera ha perdido desde que gobierna Pedro Sánchez: «Con Rajoy se vivía mejor», ironizó. En el capítulo propositivo, Bonig desgranó su oferta para apoyar los presupuestos. Planteó cinco ejes y tres reivindicaciones. Junto a la reducción de la Administración y el blindaje de la sanidad y el compromiso de no bajar impuestos, pidió enfermería escolar, y test masivos. Sus tres reivindicaciones se concretaron en el compromiso de no tocar las pensiones, la reivindicación ya del modelo de financiación y el aplazamiento de los ERTE. «No nos arrincone», pidió Bonig a Puig en alusión a que no le dejara fuera del posible acuerdo. Una petición que Puig obvió en su réplica: «Ha dedicado más tiempo a la crítica que al pacto», sentenció.