El conseller de Hacienda, Vicent Soler, aseguró ayer que los Presupuestos del Estado para 2021 suponen «un punto de inflexión» en la inversión del Gobierno en la Comunitat Valenciana «que permitirá afrontar con garantías la recuperación social y económica generada por la pandemia de la covid-19». Un «salto cuantitativo y cualitativo» respecto a ejercicios anteriores que, según Soler, desbloquea varias reivindicaciones históricas de la Generalitat. El conseller destacó el aumento del 57 % en inversión directa del Estado sobre los presupuestos de 2018, así como la subida de la financiación de la dependencia, que permitirá mejorar la capacidad de la Generalitat para atender a los más vulnerables.

Los grupos del Botànic también aplaudieron que las cuentas incluyan unas inversiones acordes a la población o una fiscalidad más progresiva, mientras que el PP tachó de «inadmisible» subir impuestos sin un plan de choque para los sectores arruinados.

El síndic socialista, Manolo Mata, puso el foco en que «se han cumplido todas las exigencias» del Consell en los presupuestos estatales y en la subida de la recaudación autonómico derivada del refuerzo el impuesto de Patrimonio, el IVA en las bebidas azucaradas y los tramos en el IRPF. Por su parte, Aitana Mas (Compromís) destacó que la cifra que llegará a la C. Valenciana equivaldría a las cuentas de «tres o cuatro consellerias» y daría «tranquilidad» para 2021 y «esperanza» para 2022, mientras que la síndica de Unides Podem, Naiara Davó, recalcó que los presupuestos rompen las dinámicas de «austeridad y recortes».

En cambio, la síndica del PP, Isabel Bonig, afirmó que España es el único país europeo que subirá impuestos y opinó que lo va a «pagar la clase media». El diputado de Ciudadanos Tony Woodward, por último, pidió esperar a conocer la «letra pequeña» de los presupuestos para ver «hasta dónde llega» la subida impositiva anunciada.