Los vehículos decomisados a los principales protagonistas de la «Operación Erial» están siendo utilizados por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil desde el julio de 2019 para seguir y vigilar a delincuentes de todo tipo, especialmente vinculados a la corrupción y las redes de delincuencia organizada.

Además de los Audi Q7 y un Audi Q3, propiedad de Eduardo Zaplana y Rosa Barceló, los investigadores de la UCO también cuentan con el Volvo S80 decomisado a Juan Francisco García, el exjefe de gabinete de Zaplana; el BMW X3 a nombre de Costera del Glorio, la empresa de Joaquín Barceló, supuesto testaferro y amigo de la infancia de Zaplana, y un Range Rover Sport propiedad de «Pachano»; y un Smart Fortwo Coupé y un Honda Jazz Hybrid, propiedad de Francisco Grau, otro supuesto testaferro del expresidente de la Generalitat Zaplana.