La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha impuesto 18 años y medio de prisión al joven que asfixió a Fernando Lumbreras, uno de los fundadores de Lambda en València y referente en la lucha por los derechos del colectivo LGTBI, tras mantener relaciones sexuales con él. La sentencia oficializa así el acuerdo alcanzado con el autor material, que asumió el asesinato y los 18 años y medio que solicitaba la Fiscalía.

La sentencia, facilitada ayer por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), detalla que se condena a este joven por un delito de asesinato y otro de robo con violencia. Así mismo, se condena a otro hombre a dos años de prisión por encubrimiento, tal como ya había avanzado Levante-EMV.

El fallo llega después de que un jurado popular emitiese veredicto de culpabilidad para ambos. Contempla la atenuante de confesión tanto para el asesinato como para el robo, ya que el penado, que tenía 24 años en el momento de los hechos, reconoció la comisión del crimen cuando fue detenido por la Policía y durante la celebración de la vista.

El otro condenado, de 21 años, conoció el crimen poco después de que sucediera y ayudó al principal condenado a deshacerse de los efectos que había sustraído de la casa.

Los hechos se remontan a las 21 horas del día 3 de diciembre de 2018 en una vivienda de València en la que residía la víctima. El condenado acudió allí y ya conocía el sitio porque había asistido en otras ocasiones para prostituirse.

El agresor y la víctima mantuvieron relaciones sexuales y, tras ello, discutieron. En ese momento, el joven cogió un cuchillo y le hizo dos cortes en el pecho al fallecido. A continuación, le golpeó la cabeza con un bote de insecticida, lo que le dejó herido e inconsciente. Posteriormente, le tapó la boca, le ató las manos en la espalda y lo asfixió.

Antes de abandonar la vivienda, el agresor se llevó un teléfono móvil, una bicicleta eléctrica y un monedero con tarjetas de crédito de la vivienda. Luego, quedó con el otro condenado y ambos decidieron deshacerse de los efectos robados para evitar que les relacionaran con el crimen.