El expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps denunció ayer un complot de jueces socialistas y fiscales con amigos en la extrema izquierda contra él. El exlíder del PP valenciano lamentó que lleva 12 años imputado por la persecución de una Fiscalía Anticorrupción que «no busca la verdad» sino que él «no se escape». Camps ofreció una rueda de prensa en el despacho de su abogado en València para valorar su situación judicial tras el sobreseimiento de la causa abierta por los contratos de la visita del papa de la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias (FVEMF).

El exjefe del Consell se presentó como una víctima del sistema. «En mi caso el estado de derecho está quebradísimo y desde luego yo iré hasta el final», «esto no pasa ni en Cuba ni en Corea del Norte ni en Venezuela, que son grandes dictaduras», «hasta los Castro dirían: ‘no me lo puedo creer, nosotros somos comunistas dictadores, pero hacemos las cosas de otra manera, que no se note tanto’», afirmó. Camps apuntó que lleva doce años imputado «ininterrumpidamente» desde que se inició la investigación por los regalos de «cuatro trajes» de la trama Gürtel de la que fue absuelto. «Durante doce años he vivido veranos y navidades imputado. Y no saben ustedes lo que implica de carga personal y el dolor que significó dejar de ser presidente de la Generalitat», afirmó.

Camps repasó los nueve procedimientos en los que ha estado inmerso y destacó que cuatro son «como consecuencia del pacto de Ricardo Costa y Álvaro Pérez (El Bigotes) con la Fiscalía Anticorrupción en su juicio en Madrid sobre la pretendida financiación irregular del PP» y aseguró que los dos «han variado a partir de 2018 completamente su argumentación y su relato» con «todo el apoyo de las instancias de la Fiscalía». De las nueve causas, dos están vivas: el aval de la Fórmula 1 y un juicio por un contrato de Fitur con Orange Market. Anticorrupción ha pedido el archivo en la de la Fórmula 1 y en la del contrato se ha abierto juicio oral en la Audiencia Nacional.

Camps insistió en la persecución que padece por parte de la Fiscalía Anticorrupción, el PSOE y Podemos. El expresidente apuntó que la trama contra él se fraguó durante una cacería en la que participaron el juez Baltasar Garzón (primer instructor de Gürtel), el entonces ministro socialista de Justicia Mariano Bermejo y la hoy fiscal general del Estado Dolores Delgado. «Garzón había sido diputado por el PSOE. Un juez siendo socialista instruye un procedimiento contra un político del PP en una causa que tiene que ver con su trabajo político», subrayó. Además, indicó que el magistrado de la Audiencia Nacional José de la Mata (que abrió juicio oral contra él por el contrato de Fitur) es «otro socialista, director general con Zapatero» y «acaba de ser nombrado en los tribunales de La Haya, algo para lo que necesita el apoyo del Gobierno de Sánchez e Iglesias. Seguro que lo han hecho como premio a los servicios prestados a la causa». Además, acusó al fiscal Ignacio Stampa (que participó en Gürtel) de ser amigo de los de la «extrema izquierda» de Podemos. También cargó contra el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, por impulsar la acusación popular. «Hoy es presidente gracias a mis imputaciones», indicó.

El diputado nacional de Compromís, Joan Baldoví, criticó ayer el archivo de la causa del papa contra Camps. «A veces la Justicia coge caminos que los mortales no acabamos de explicarnos», sentenció. El PSPV aseguró que las responsabilidades políticas por los «excesos» del PP con la visita del Papa son «incuestionables»