«La «única vía» para luchar contra «la intolerancia y el fanatismo» es «hacerlo juntos». Algo también necesario para combatir la pandemia de coronavirus. Así se expresó ayer el president de la Generalitat, Ximo Puig, en el XXIX acto en memoria del profesor Manuel Broseta, asesinado por ETA el 15 de enero de 1992, y organizado por la Asociación de Amigos de la Fundación Manuel Broseta. En su intervención, el responsable del Consell apeló a la convivencia para superar actitudes frentistas, e indicó que la «mejor vacuna» contra el fanatismo es no olvidar el pasado.

«No se puede olvidar, porque la sociedad que olvida vuelve a cometer los mismos errores más pronto que tarde», argumentó y destacó la importancia de trasladar a las jóvenes generaciones esta triste etapa del pasado más reciente.

Puig subrayó ayer precisamente el «legado de convivencia» del profesor Manuel Broseta, basado en la defensa «del pluralismo, la diferencia, la diversidad y, al mismo tiempo, la cohesión», y alabó el trabajo que realiza la fundación que lleva su nombre para recordar la importancia del «arraigo de la memoria».

El jefe de Consell lamentó que el recorrido de las ideas de Broseta se vio «cruelmente frustrado por la intolerancia, el fanatismo, y por lo peor que surge del ser humano, que es la destrucción de la vida del otro». Y defendió que hay que dar «el reconocimiento que se merecen esas personas que nos fueron arrebatadas por los asesinos».

«Mirar hacia adelante sin rencor»

El president recordó las recientes distinciones por la Defensa de los Derechos y Libertades Constitucionales otorgadas por la Generalitat a Manuel Broseta y a Ernest Lluch, también asesinado por ETA. Puig se refirió además a la necesidad de «mirar hacia adelante con memoria y sin rencor» y de saber ver que quien está al lado no se convierte en «enemigo» por «pensar diferente», algo que, según señaló también constituye una aportación de quien fue víctima de ETA.