Toda medida de seguridad es poca con tal de evitar nuevos contagios y garantizar que la tercera ola del coronavirus siga decreciendo. No hay excepciones. Ni siquiera en las celebraciones de la Cuaresma. El Arzobispado de València ha enviado a las parroquias una nota para explicar el modo de celebración del Miércoles de Ceniza, que se celebra mañana, y conmemora el inicio del tiempo de Cuaresma. A causa de las medidas sanitarias por la pandemia y para evitar el contacto con los fieles, este año las cenizas se impondrán dejándolas caer sobre la cabeza y sin decir nada para «minimizar riesgo de contagio».

Gel hidroalcohólico, con mascarilla y sin tocar

Acabada la homilía, el sacerdote bendecirá las cenizas y dirá una sola vez la fórmula de imposición de la ceniza. Entonces, se limpiará las manos con gel hidroalcohólico, se pondrá la mascarilla y se acercará a los fieles, a los que impondrá la ceniza. La instrucción del Arzobispado recomienda a los fieles que inclinen la cabeza y el sacerdote dejará caer las cenizas sobre ellos. Nada de contacto físico.