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El comité de expertos avala reabrir las terrazas cuando la incidencia baje de 250

El grupo que asesora a Puig calcula que esa cota podría alcanzarse la próxima semana y sitúa los interiores como los últimos en volver a operar

Un camarero recoge la terraza antes del cierre hostelero. | EDUARDO RIPOLL

La Conselleria de Sanidad no quiso pillarse los dedos en la reunión mantenida el martes con los representantes de la hostelería para diseñar la hoja de ruta de la desescalada, evitando comprometerse a establecer plazos concretos y vinculando la reapertura progresiva a consolidar antes la mejoría sanitaria. Sin embargo, el comité de expertos que asesora al Consell maneja un plan más concreto que apuesta por vincular las fases de relajación de las restricciones con la evolución de algunos indicadores, como ya estableció el propio Ministerio de Sanidad el verano pasado.

Aquel protocolo hablaba de «riesgo extremo» cuando la incidencia acumulada a 14 días superaba los 250 casos. Con esa referencia en mente, el grupo de asesores de la Generalitat vería con buenos ojos que cuando la Comunitat Valenciana baje de esos 250 contagios por 100.000 habitantes se empiecen a relajar aquellas medidas que implican un menor riesgo de transmisión y consideran que los bares y restaurantes podrían reabrir entonces las terrazas. Asimismo, también entienden que en ese escenario se podrían levantar los cierres perimetrales de las grandes urbes y el cierre de parques.

Además, añaden que esa cifra de incidencia no puede ser interpretada como un dato estático sino como una evolución. Es decir, que no es lo mismo que la hipotética tasa de 250 estuviera la semana previa en 350 o en 150, ya que con una tendencia al alza no serían partidarios de relajaciones. En cualquier caso, incluso estos expertos se confiesan sorprendidos por la rápida mejoría y estiman que la próxima semana se podría llegar a esa incidencia.

Los interiores, lo último

Pese a las acusaciones de «criminalización» que se repiten desde el sector hostelero, los expertos están convencidos desde hace tiempo que el mayor peligro de contagio está en los espacios cerrados y con mayor contacto social, condiciones que reúnen los bares y restaurantes. Por eso, siguen defendiendo que los interiores de estos establecimientos así como otros similares (gimnasios o casales falleros) deberán ser los últimos en esta desescalada.

El Consell, en cualquier caso, está decidido a optar por la vía conservadora, especialmente tras la traumática explosión de casos vivida tras la Navidad y el temor que existe a las nuevas cepas del virus, que podrían generar un efecto rebote si se abre la mano demasiado rápido. En este contexto, ese comité de expertos va a aprovechar para analizar los «experimentos» que llegan desde otras autonomías, que ya están levantando las restricciones a bares.

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