La Comunitat Valenciana ya no ve su semáforo de rojo oscuro casi negro. Los últimos datos, en descenso debido a las fuertes restricciones que se implementaron en toda la autonomía a mediados de enero, le han permitido abandonar el llamado «riesgo extremo», el más alto de los niveles de incidencia de la pandemia, según los criterios del Ministerio de Sanidad, e incluso dispone de algunos contadores que se colocan en los parámetros de «riesgo medio».

La nueva realidad es que la Comunitat Valenciana solo supera en uno de los ocho indicadores que forman el famoso semáforo ministerial el umbral de máxima alerta por la covid-19, lo que le permite pasar del nivel 4 al 3, una situación todavía de riesgo «alto», pero que muestra que la cresta de la tercera ola se está quedando atrás, que la evolución es positiva y las medidas de distanciamiento social han ido funcionando.

De momento, el único indicador que se encuentra por encima de ese máximo nivel de peligro es el de porcentaje de camas de UCI ocupadas por pacientes de covid, una cifra que requiere más tiempo a la hora de su descenso. Según la última actualización del ministerio, un 31 % de las camas de críticos está ocupada por un infectado de la covid.

Este dato ha generado importante controversia entre el personal sanitario al considerarlo engañoso. Según vienen reivindicando desde toda la pandemia, este porcentaje de ocupación de camas no se hace respecto a los espacios disponibles en el funcionamiento habitual de las UCI sino que se calcula a partir del máximo de camas que sería posible instalar, tal y como se ha hecho utilizando lugares extra como el uso de quirófanos, consultas o capillas.

El color del semáforo ha cambiado, pero tampoco a unos niveles adecuados. El riesgo continúa «alto», en fase 3 de 4, en el penúltimo grado de máxima transmisión, con casi todos los indicadores en rojo, pero de un tono más claro, aunque se espera que en los próximos días continúe cayendo.

Por ejemplo, la incidencia acumulada a 14 días descendió un 10% en las últimas 24 horas, de los 224 infectados por 100.000 habitantes hasta los 202 que notificaban ayer desde el ministerio. Sin embargo, el siguiente nivel de riesgo, el medio, situado a partir de 150, todavía sigue lejos.

Tanto la incidencia acumulada en 14 días como la ocupación de las camas de críticos han sido dos indicadores que en la tercera ola han tenido durante varias semanas a la Comunitat Valenciana como peor autonomía. Hoy este pelotón de cola está claramente abandonado y se coloca en torno a la media estatal.

También en rojo claro más claro está la ocupación hospitalaria con un 11,49 % de las camas de estos centros destinadas a pacientes de covid. Este dato se aleja del 15% en el que se sitúa el riesgo extremo y se aproxima al margen que representa el nivel medio, entre 10 y 5 %. Datos similares se dan en la positividad, donde un 11,43 % de las personas que se realizan la prueba dan positivo por covid.

La trazabilidad, el mejor dato

Indicadores como la incidencia acumulada en los últimos 7 días o la trazabilidad de casos lucen con menos riesgo. En este sentido, en la última semana se han acumulado 63 casos por 100.000 habitantes, casi la mitad de los 125 que representan el riesgo máximo y por debajo incluso del margen entre 75 y 125 que supone el riesgo alto, mientras que la trazabilidad se muestra como el mejor de todos los indicadores al estar en nivel bajo o color amarillo. Así, el jueves pasado (último día de actualización) rozaba el 70 %, esto es, se sabía dónde se habían contagiado siete de cada 10 positivos.

Los otros dos indicadores restantes son la incidencia acumulada en mayores de 65 años tanto a 14 como a 7 días y que desde el ministerio dan diariamente territorializada por provincias, donde en todas se está por debajo de los niveles extremos. Para bajar de nivel 3 al 2 en el que se ha colocado España falta que solo haya, como máximo, dos indicadores en «riesgo alto» y ninguno en extremo.