El intento de fraude a las compañías de seguros aumentó en 2020 hasta alcanzar el 2,57 % en la Comunitat Valenciana, casi el triple de lo registrado en 2013, cuando el porcentaje se quedó en el 0,96 %. Son datos que se extraen del VIII Mapa AXA de Fraude al Seguro, que ya incluye los resultados acumulados en el año de pandemia.

Porcentajes, que aunque no son muy relevantes en relación al total de siniestros, sí que suponen una gran preocupación para el sector, que observa cómo los intentos de fraude se han disparado. En la Comunitat Valenciana, los casos detectados se sitúan por encima de la media española, del 2,2 %.

Los datos del citado estudio también reflejan un aumento de prácticas fraudulentas durante el pasado año 2020, sobre todo en los seguros relacionados con el hogar. A pesar de que el de vehículos sigue siendo el que más estafas registra (por ser, también, un servicio con el que cuenta de forma obligatoria toda persona que conduzca un coche), este ha experimentado un notable descenso al pasar del 61 % del año 2013 al 41 % de 2020.

Mientras, en las pólizas del hogar sí que se ha producido un incremento en toda España con casi un 20 % más en el año del pandemia, según el citado mapa del fraude.

En 2020, el confinamiento domiciliario ha obligado a hacer un uso más frecuente de los principales elementos del hogar. Electrodomésticos, sistemas de cristalería, incluso gastos de la comunidad de vecinos, son algunos de los aspectos en los que el fraude ha experimentado un importante ascenso. «Que hayamos tenido que pasar dos meses encerrados en nuestras casas aumenta la probabilidad de que haya intento de fraude a los seguros del hogar», explica Miguel Ángel Álvarez, responsable de Lucha contra el Fraude de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa).

Como en la crisis de 2008

Este incremento viene, en muchas ocasiones, vinculado a una crisis económica. Así lo aclara el responsable de la patronal del sector. De hecho, desde las compañías aseguradoras se incide en las semejanzas que la actual situación tiene con la crisis financiera de 2008. «En situaciones en las cuales el nivel económico empeora por un ciclo de receso, el defraudador ocasional adquiere un protagonismo que no tiene en otros periodos», afirma Álvarez.

Arturo López-Linares, director de Siniestros de Axa España, coincide con este argumento: «En 2008 vimos cómo las tasas de detección de fraude se duplicaban, algo que podría volver a alcanzarse».

Con todo, desde la patronal Unespa matizan que aún se está en periodo de observación y que los datos serán más concluyentes cuando se comparen a posteriori». Entre las prácticas más habituales están la representación de facturas falsas para indemnizar un siniestro, la falta de mantenimiento de bienes del hogar o el aprovechamiento de eventos climatológicos reales para generar siniestros falsos.