Margarita del Val vuelve a pronunciarse acerca de la evolución de la pandemia y la cuarta ola del coronavirus y en esta ocasión, lo hace de una forma que a la que no nos tiene acostumbrados. "Soy mucho más positiva" ha declarado esta prestigiosa viróloga e inmunóloga del CSIC que se ha convertido en referencia en lo que respecta a la evolución de la pandemia de covid que azota al mundo.

En una entrevista concedida a Radio El respeto, la científica ha expuesto su visión sobre la vacunación, la cuarta ola de covid que ya empieza a sufrir parte de Europa y acerca del papel de la hostelería en la desescalada.

Cuarta ola en España

A principios del mes de febrero, Margarita del Val se atrevió a predecir la fecha de la cuarta ola en España: a finales del mes de marzo. Esta doctora en Química estableció la causalidad entre la flexibilización de las medidas restrictivas y la mayor movilidad de la población con un irremediable aumento de los contagios y las muertes. Para del Val, esta cuarta ola iba a ser tan terrible como la tercera en cuestión de fallecimientos.

Ahora, sus previsiones han cambiado. La investigadora del CSIC asegura que se muestra "mucho más positiva" porque en estos momentos "hay un horizonte muy claro porque tenemos una vacuna y vemos cómo funciona".

El buen impacto de los antídotos en la vida real se ha mostrado claramente en las residencias de mayores, "son como una balsa de aceite", describe. Se refiere a que en los centros geriátricos cuando se produce un brote "vemos que los casos son de asintomáticos o desarrollan unos síntomas muy leves". La vacunación contra la covid es una de las claves fundamentales para sortear la cuarta ola pero hay otra que no debemos dejar atrás: "hay que evitar los maratones de contactos", sentencia del Val.

Según afirma la inmunóloga, prever la cuarta ola de coronavirus no era difícil: "en cuanto se habla de desescalada, empiezan a subir los contagios". Además, la evolución de esta pandemia ha sido igual que la de epidemias anteriores "la hemos ido copiando". "Cada vez que desescalamos, a las dos semanas aproximadamente, suben los casos", insiste y lanza un mensaje a la población a la que pide que piensen en los mayores de 70 y 80 años "que son nuestros abuelos y padres". Lo cierto es que el virus acecha y se multiplica en cuanto encuentra la oportunidad de contagiarse así que "hay que contenerse" hasta que la vacunación esté más avanzada y haya llegado a las personas más vulnerables.

"En cuanto se habla de desescalada, empiezan a subir los contagios"

La cautela entre la población que no haya sido inoculada y entre los mayores que solo hayan recibido la primera dosis es esencial. Y todo con el objetivo de lograr que "cuanto más se retrase la subida (de la curva de infecciones) y menos empinada sea, menos casos graves y menos mayores muertos", ha explicado la científica. Se muestra esperanzada en que esta cuarta ola se parezca a la de verano en la que las infecciones se dieron en gente más joven porque los mayores se habían retirado de circulación para protegerse, esto llevó a que no se saturaran los hospitales. "Ojalá sea así porque los mayores estén protegidos"

"Hay que evitar los maratones de contactos"

Contagios en interior y la hostelería en la pandemia

Margarita del Val habla también del papel de la hostelería en la pandemia. "A los científicos nos gustan los restaurantes y los bares como a todo hijo de vecino" pero hace hincapié en la necesidad de que estos establecimientos se preparen para evitar los contagios por aerosoles. "Si toman medidas y ventilan bien no habrá problema". Y anima a seguir el camino de los colegios y las universidades que han sabido aplicar bien los protocolos.

"El virus se transmite mucho en ambientes mal ventilados y más si nos quitamos las mascarillas". Al igual que ocurre en los espacios de interior. En Navidad se produjeron situaciones que no se habían visto hasta el momento: familias enteras enfermas por SARS-CoV-2 y todo, porque en las reuniones familiares el ambiente se relaja, no se abren las ventanas porque hace frío y llegan los contagios.

La particular idiosincrasia de los ambientes en la hostelería supone "un mayor riesgo" para resultar contagiados si no se toman las medidas necesarias. "En los bares hablamos más fuerte, nos quitamos la mascarilla para comer y a veces no nos la volvemos a poner y bebemos alcohol lo que nos lleva a relajarnos y ese es el problema".

Sobre las medidas para evitar los casos en los bares y restaurantes del Val señala que, "no hace falta hacer obras": filtros de aire o unos medidores de CO2 que ayuden a detectar el momento de ventilar, son algunas de las propuestas de la viróloga.

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