La renuncia del diputado autonómico popular Jesús Barrachina a revalidar la presidencia del partido en la provincia de Castelló complica aún más si cabe las opciones de Isabel Bonig de continuar como responsable popular de cara al futuro congreso regional, sobre todo, si no cuenta, como mantienen varias voces en el PP, con el respaldo de la dirección nacional. Barrachina ha expresado su voluntad de no continuar como presidente provincial, cargo al que accedió no hace tanto, en junio de 2017, después del paso atrás del entonces presidente de la diputación de Castelló, Javier Moliner. El segorbino, un experimentado parlamentario com experiencia em el Congreso de los Diputados, ganó el cargo sin problemas y se convirtió en un apoyo importante para Bonig en su propia provincia. Aduce que se va para dedicarse completamente a su labor de diputado. En Castelló, círculos del PP, dan por hecho que la alcaldesa de Vall d'Alba, Marta Barrachina, será, con el aval de Génova, la próxima presidenta provincial.

De hecho, al inicio de esta legislatura, estaba llamado a ser uno de los hombres fuertes de la presidenta regional en las Corts. Sin embargo, su papel ha sido más contenido del que se preveía y en el ambito de partido en las provincia no logrado los apoyos necesarios para revalidar el cargo ante el próximo congreso provincial previsto para junio. Aunque Barrachina siempre ha gozado de buena prensa en Génova, su apuesta por Soraya Sáenz de Santamaria en el cónclave que ganó el lider nacional del PP, Pablo Casado, le ha pasado factura. Aunque desde Génova siempre se ha rechazado que exista un ajuste de cuentas, la realidad es que en la Comunitat Valenciana van cayendo todos aquellos que no estuvieron en el bando ganador, mientras que los ‘casadistas’ han ganado terreno y tienen seguro de vida.

El primero en caer fue el entonces presidente de la gestora del PP en la provincia de València, Rubén Moreno, que quedó muy tocado en aquel congreso por su apoyo explicito a Sáenz de Santamaria. Después vino el turno de José Císcar, otro de los apoyos claves de Isabel Bonig, que también dio un paso atrás en la presidencia del partido en Alicante. Dejó el terreno libre al actual presidente de la diputación de Alicante, Carlos Mazón, considerado el candidato bendecido por Génova para convertirse en el próximo presidente regional y muy cercano al número dos del PP, Teodoro García Egea.

Este verano, la dirección nacional consumó los cambios en la provincia de València con la elección de Vicente Mompó, un hombre de confianza del diputado nacional Vicente Betoret y considerado uno de los principales críticos a la actual cúpula regional. En la ciudad de València, Génova impulso a la exconsellera Maria José Catalá, en su día rival de Bonig, aunque en la actualidad han unido fuerzas. No obstante, la actual portavoz del PP en el Ayuntamiento de València no sería un obstáculo para la renovación en el PPCV.

La conclusión es que Génova amplia su control sobre las tres direcciones provinciales, lo que complica las opciones de Bonig de ganar un congreso regional, sobre todo, si este es un congreso de confrontación con más de un candidato y uno de ellos cuenta con los parabienes de la direccional del PP. Contar con el apoyo de los territorios es clave para los proceso internos de cualquier partido, máxime en uno como el PP donde funciona la jerarquía. La presidenta regional mantiene a fecha de hoy que se presentará al congreso cuando este se convoque, mientras que Mazón ha mantenido hasta ahora (al menos públicamente) que no aspira al cargo. Sin embargo, algunas fuentes apuntan que Mazón sí estaría dispuesto si cuenta con el respaldo de todas las direcciones provinciales. Con todo, cambiante situación política a nivel nacional no invita a dar ninguna situación por sentado ya que el liderazgo de Casado está constamente a prueba.