La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, reconoció ayer que no es suficiente trasvasar agua desde la cabecera del Tajo hacia el Levante, por lo que aboga por, al margen de esta primera «modificación» , planificar y definir de nuevo los caudales ecológicos y potenciar «inversiones adicionales para conectar infraestructuras que permitan disponer de recursos en el sureste del país tanto por reutilización como por desalación» . Según dijo, la pregunta ahora es «cuál es el equilibrio que no ponga en riesgo el bien público ambiental», partiendo de la base de las necesidades humanas en primer lugar, siguiendo con las necesidades ecológicas y las económicas.

Así, insistió en que «no siempre es un problema de cantidad, sino de calidad», y las dos cosas «merecen ser atendidas con compromiso por parte de las administraciones involucradas, no sólo la del Estado, sino también por las municipales y autonómica».