Desde que los centros de mayores de la Comunitat Valenciana están inmunizados, tras recibir las dos dosis de la vacuna de Pfizer y pasar el periodo estimado de inmunización, la situación crítica que han vivido las residencias en muchos momentos de la pandemia a dado paso a un escenario totalmente distinto en el que son precisamente los lugares con menor riesgo de contagio. «El milagro de la vacuna ha conseguido solucionar de raíz la crisis de las residencias», destacaba ayer la fiscal coordinadora del área de Civil, Ana Lanuza.

Desde la fiscalía que vela por que todos los residentes estén en perfectas condiciones, bien atendidos y que los centros dispongan del material adecuado para combatir la pandemia, se muestran satisfechos de como ha cambiado el panorama en apenas un par de meses. «Han sufrido mucho y salvo algún caso aislado, podemos decir que ya no hay contagios y la situación está totalmente controlada», remarca Lanuza. «Además les han puesto la vacuna ‘buena’», en referencia a Pfizer, cuya eficacia ha quedado demostrada y en la que no se han apreciado efectos secundarios ni entre residentes ni entre trabajadores.

Así, poco a poco la fiscal de lo Civil confía en que pronto se retome la total normalidad en los centros. «Un paso para ello es que se han autorizado las salidas», puntualiza.

Fruto de esta buena situación actual ya se han archivado todas las investigaciones civiles abiertas en residencias con brotes importantes. De hecho, solo cuatro centros de mayores de la Comunitat tienen algún caso actualmente aislado de covid.

Eso sí, desconocen la duración de la inmunización y Lanuza recomienda que con el tiempo sería conveniente hacerles pruebas a los residentes y trabajadores para ver la evolución de los anticuerpos, y que en caso de que haya bajado poner un recordatorio de la vacuna.

Por su parte, la vicepresidenta Mónica Oltra, responsable de la conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, también destacó ayer que la vacunación completa de los residentes y la bajada de la incidencia y la mortalidad, son hechos que «permiten ser optimistas en que se pueda realizar un poco más de vida cotidiana, pese a seguir con las medidas de prevención».

«Tenemos que seguir siendo prudentes, pero la vida en residencias es un poco más feliz», sostiene la vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas al respecto.

Pese a todo ello, la ansiada normalidad previa a la pandemia todavía no se ha alcanzado por completo. Desde Aerte consideran que la nueva normativa hace referencia en muchos momentos a conceptos como «normalidad», de manera ordinaria y como se desarrollaban con anterioridad respecto al régimen visitas, el servicio de comedor o las actividades «pero no es del todo correcto porque hay que mantener las medidas de seguridad». Así se sigue prohibiendo el contacto físico, y las visitas se deben hacer al aire libre o en espacios habilitados y con una regulación específica. «Esos términos empleados pueden llevar a confusión a las personas residentes y familiares», indican fuentes de Aerte.