El sistema sanitario valenciano perderá cerca de 3.300 empleados en los próximos 25 días. La Conselleria de Sanidad ha aprobado en la mesa sectorial la renovación de 6.000 de los 9.300 contratos de refuerzo covid que vencen el próximo 31 de mayo hasta final de año. El número es superior al planteado inicialmente, unos 5.300, pero mantiene el rechazo de los sindicatos.

Hablar del número de personas que continuarán durante lo que resta de 2021 es la cara de una moneda que tiene como reverso ver que uno de cada tres trabajadores sanitarios contratados para bregar contra la crisis pandémica se irán a la calle. Este motivo provoca que sindicatos como CCOO PV, CSIF o Sindicato Médico hayan mostrado su rechazo, como ya hicieron tras la primera reunión del lunes, donde también verbalizaron su oposición Satse y el Colegio de Enfermería.

Para todos ellos, el problema de la sanidad valenciana no es que sobren puestos tras superar los peores momentos de la covid sino que esta ha dejado patente que el sistema arrastra un déficit de personal. De hecho, desde el gobierno autonómico hablan ya de convocar futuras plazas fijas, sin dar cifras concretas.

"Por una parte admiten la necesidad de reforzar el sistema sanitario valenciano y por otra, descapitalizan de profesionales el mismo", protestan desde CCOO PV para quienes esto supone "una contradicción inadmisible e imprudente". Desde CSIF han calificado como "inaceptable" estos ceses ya que, consideran, estos supondrán un “grave deterioro para una sanidad valenciana mermada de efectivos” que cifran en un "déficit estructural de 11.000 plazas".

Las quejas desde los sindicatos es que en los próximos meses aunque descienda la incidencia del virus y su derivación hospitalaria tendrá retos como el desarrollo de la vacunación masiva, recuperar la normalidad asistencial y luchar contra las listas de espera, todo con las vacaciones de por medio para una plantilla que lleva meses de sobresfuerzo.

Los contratos relacionados con Enfermería hospitalaria son los que más "hachazo" sufren en palabra de uno de los sindicatos consultados. Un 60 % (2000) de los 3.300 contratos cesados corresponden a enfermeros de unidad hospitalaria (unos 640), técnicos de cuidado auxiliar de enfermería de unidad hospitalaria (unos 650), enfermeros de servicios especiales (unos 420) y auxiliar de enfermería de servicios especiales (unos 250).

Por su parte, en Atención Primaria también hay un descenso de 88 médicos de los 288 que formaban parte de los contratos de refuerzo, se reducen a la mitad los celadores de atención al enfermo de 734 a 355 y bajan un 40 % los técnicos en laboratorio. Se mantienen los médicos y enfermeros del SAMU, los facultativos especialistas y los médicos de urgencia hospitalaria.