La portavoz del Consell, Mónica Oltra, trató ayer de marcar distancias con la última operación anticorrupción desplegada por la UCO en la Comunitat Valenciana, que se ha saldado con la detención de cargos relevantes vinculados al PSPV, como el hasta el jueves subdelegado de Gobierno, Rafa Rubio, o el director de los servicios jurídicos de Divalterra, José Luis Vera.

La vicepresidenta hizo hincapié en que la Operación Azud es la consecuencia de una trama que enmarcó en el Ayuntamiento de València y que vinculó a la época de Gobierno de Rita Barberá: «Nos recuerda la manera de gobernar de antes de que llegara el Botànic», subrayó la también vicepresidenta del Gobierno autonómico.

Oltra aseguró que este tipo de actuaciones han quedado desterradas y que usar la política para negocios de unos pocos y para el bienestar de las persona «es cosa del pasado». Ahora, enfatizó, el Consell se caracteriza por hacer de la política una herramienta útil. Preguntada sobre si creía que el actual gobierno de la Diputación de València, con PSPV y Compromís como socios de gobierno, debe destituir como alto directivo a José Luis Vera, aún vinculado a la institución, Oltra remitió a un código de buen gobierno que debe cumplirse, en clara alusión a que, en su opinión, no debería mantenerse al jefe jurídico en su puesto.

En cualquier caso, la portavoz del Consell insistió en que, aunque «personas corruptas hay en todas partes», la diferencia está en cómo se actúa, remachó, en referencia al fulminante cese de Rafael Rubio de la cúpula de la Delegación de Gobierno.