Desde tiempos inmemoriales el hombre ha mirado, con gran asombro, temor e intriga a nuestro vecino, Marte. El planeta rojo, uno de los mundos más fascinantes que nos rodea se está convirtiendo en el foco principal de la inversión e investigación espacial a nivel mundial. Desde China a los Estados Unidos todas las agencias están volcadas en destinar recursos para la conquista y descubrimiento de los vastos misterios que alberga este planeta. Ha comenzado, por tanto, una fascinante carrera en la que los recursos invertidos son proporcionalmente directos a los descubrimientos que se van a realizar. Pero, aún más, hacia las incógnitas que nos van a despertar algunas respuestas que allí encontremos. El próximo gran reto, sin duda, será la puesta en marcha de la primera misión tripulada a Marte. Cada día es una cuenta atrás hasta que alguien de nuestra especie ponga un pie en la arena roja. No obstante seamos conscientes de que, si bien apenas cuidamos nuestro planeta, tendremos que ser sumamente cautelosos con los próximos objetivos que nos marquemos más allá de nuestra atmósfera. Es inevitable no pensar en una colonización, dentro de muchos años, en el planeta vecino. Y quizá deberíamos, para aquel entonces, preguntarnos qué merece más la pena, si colonizar un nuevo mundo o cuidar el que tenemos. El tiempo será quién nos responda a esta cuestión.