La pandemia ha dejado secuelas en la infancia que, a pesar de que no ha sido quien más ha sufrido el contagio en términos sanitarios, sí que ha padecido las consecuencias de la crisis sanitaria, sobre todo en su vertiente económica y social.

En España hay 400.000 hogares con desempleo y es el tercer país con la tasa más alta de pobreza infantil de la UE, según datos de Unicef. En la Comunitat, el 32,4 % de niños y niñas se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión, un porcentaje que se contabiliza en cerca de 304.000 personas. Volviendo a la pandemia, y según el 86 % de las entidades consultadas por Unicef, los niños y niñas han tenido dificultades para afrontar el curso escolar.

Precisamente de cómo ha afectado la pandemia a la infancia se habló ayer y se hablará durante el día de hoy en las II Jornadas de Unicef Comunitat Valenciana con las ciudades amigas de la infancia (que integran a 14 localidades de la autonomía) y en las que también participan expertos de Unicef España, ponentes como la Plataforma Revuelta Escolar, el Ayuntamiento de Vitoria; Antonio Rial, profesor de Psicología Social de la Universidad Santiago de Compostela, y la directora general de Infancia y Adolescencia de la Generalitat Valenciana, Rosa Molero.

Durante la jornada de ayer, se reivindicó el derecho de la infancia a disponer de espacios públicos, seguros y limpios para desarrollar sus habilidades sociales y sus aprendizajes, algo que se ha visto mermado por la situación de confinamiento. También se puso de manifiesto la desprotección de los infantes más vulnerables, sobre todo los que están sometidos a situaciones de violencia.

Además, también se puso el foco en la importancia de atender la salud emocional y mental de los niños y niñas, que se ha visto afectada también, al igual que ha pasado con el universo adulto. Todo esto se está reflexionando estos días en las jornadas de Unicef, pero en clave local.

«Convocamos a las ciudad amigas de la infancia, un programa que trata de garantizar que los niños vean cumplidos sus derechos desde la administración local, la más próxima», explica Marlene Perkins, coordinadora de Unicef Comunitat Valenciana. «Este encuentro nos ha servido para reflexionar con los ayuntamientos cómo han gestionado la pandemia y a la vez garantizado las mejores condiciones para la infancia», añade. En este sentido, Perkins explica que los Consejos Municipales cobran protagonismo sobre todo en estos tiempos, porque son las plataformas para que la infancia deje de ser «hijos o alumnos de», para ser ciudadanía. Para ser escuchada.

En este sentido, durante la jornada de ayer, Quart de Poblet explicó su iniciativa de «diario de confinamiento», donde los pequeños del municipios reflejaron sus emociones durante el encierro domiciliario. Una práctica que se ha trasladado a otras áreas municipales para abordar con transversalidad las implicaciones en la salud mental de la covid-19. Por otra parte, Sagunt también compartió su experiencia. En este caso, la crisis sanitaria ha supuesto una oportunidad para ampliar zonas peatonales y espacios públicos destinados a la infancia.