Al aire libre, con mascarillas, todos sentados a un metro y medio de distancia, y con límite de familiares por alumno para no exceder los aforos. Son las reglas que tienen que seguir colegios e institutos para poder celebrar las correspondientes fiestas de fin de curso este año, después que tuvieron que prescindir de ellas el curso pasado a consecuencia del confinamiento obligado por el estado de alarma.

La demanda tanto de directores de centro como de padres y madres de alumnos, que venían reclamando poder organizar estos actos toda vez que ha disminuido de forma singular la incidencia de contagios en toda la sociedad, y particularmente en los centros educativos que siguen manteniendo a raya la pandemia, llevó a las autoridades educativas a solicitar a Salud Pública unas normas mínimas para celebrar el fin de curso y la graduación de alumnos.

A petición de la secretaría autonómica de Educación que dirige Miguel Soler, se requirió del cargo homólogo en Salud Pública, Isaura Navarro, un «protocolo de medidas de prevención e higiénico sanitarias en los actos de final de curso» que el propio Miguel Soler ha hecho llegar a los centros educativos instando «a colaborar en el respeto y cumplimiento».

Recuerda el número dos de la Conselleria de Educación, que los centros educativos han sido una «referencia» para otros sectores a lo largo de esta crisis sanitaria, por lo que pide al conjunto de la comunidad educativa, familias, alumnos, profesores y personal no docente, que mantengan su buen hacer también durante los actos de fin de curso.

Salud Pública añade, entre las restricciones a tener en cuenta para celebrarlas, que se programen en días y horarios distintos para cada curso o etapa educativa «para evitar aglomeraciones».

Las entradas y salidas del centro deben estar diferenciadas y programar a su vez los accesos de forma escalonada. Además recalcan las autoridades de Salud Pública que hay que circunscribirse a los aforos vigentes frente al covid, por lo que exige que se limite el número de asistentes y de acompañantes por cada alumno.

Las cenas o ágapes están prohibidas y, como mucho, se autoriza algún «refrigerio» que deberá cumplir con los mismos requisitos que los comedores escolares. Además, en el caso de que se lleven a cabo parlamentos, se deberán cumplir «las normas de desinfección de los elementos de uso común», como el micrófono o el atril, y señalizar los accesos a la tarima. Para la entrega de certificados académicos o detalles se deberán evitar los contactos.