Durante el curso 2019-20, en el que el último trimestre el alumnado tuvo que permanecer en sus casas confinado, el programa Previ, contra la violencia escolar y por la promoción de la convivencia, registró un total de 116 incidencias, que se abordaron por agresiones verbales y acoso a través de medios telemáticos en la Comunitat Valenciana. La comparativa que ofrecen los datos facilitados por la Conselleria de Educación muestran que en dos cursos las situaciones de ciberacoso han aumentado hasta un 33% en colegios e institutos valencianos. Por contra el acoso presencial ha rebajado su intensidad en un 25 %.

Responsables del programa KiVa contra el acoso escolar —desarrollado en Finlandia y con proyección internacional, e implantado en varios centros valencianos—, subrayan que las últimas investigaciones llevadas a cabo durante el confinamiento, con los centros educativos cerrados, apuntan al descenso del acoso más habitual en los patios, pero también a su desplazamiento al ciberespacio. «Los niveles del acoso a distancia se mantienen. Los que eran acosados habitualmente y más proclives lo siguieron sufriendo por métodos cibernéticos», dice Cristina Salmivalli.

El Plan contra la violencia escolar en la Comunitat Valenciana detalla la disminución en más de un millar el total de las incidencias comunicadas el curso 2018-19, y de 3.367 el 2019-20 que culminó con los centros cerrados por la covid-19, aunque las situaciones de ciberacoso han ido a más.

Del curso actual, Educación solo ha podido trasladar «datos preliminares» referidos a situaciones de violencia escolar y acoso comunicados durante el primer cuatrimestre, de septiembre a diciembre de 2020. En este sentido, hay un total de 1.244 incidencias registradas por los colegios e institutos, pero no hay un desglose sobre el acoso a distancia.

Los expertos abundan en que las bases de esta violencia son las mismas: falta de empatía y búsqueda de poder y estatus en el grupo por parte del acosador, por eso inciden en la importancia e influencia del grupo de compañeros, que debe cuestionar estos comportamientos, ya sean presenciales o a distancia. «Hace falta una comunicación más respetuosa y las reglas son las mismas en el mundo real y el virtual. Los alumnos están en las redes y es importante que los padres sepan lo que hacen sus hijos online, igual que de forma presencial», abunda Raquel Pastor, formadora y certificadora del método KiVa.

Formación del profesorado

Desde el departamento que dirige el conseller, Vicent Marzà, destacan que este curso se ha «aumentado en más de un 33 % el personal de las Unidades de Atención e Intervención especializadas del Previ» en cada dirección territorial. Recuerdan además que cada centro tiene un coordinador de igualdad y convivencia «con formación específica», y que «más de 800 profesores han seguido cursos sobre la prevención del acoso y el ciberacoso escolar» durante el curso pasado y el actual.

A esta formación se añaden otras estrategias como las «cibertutorías», concluyen.