A falta de cuatro meses para que expire la última prórroga del contrato de la plaza de toros de València que Simón Casas gestiona desde 2015, la diputación ya tiene listos los pliegos de condiciones que regirán el nuevo arrendamiento del coso durante, al menos, los siguientes cuatro años. Aunque la licitación iba a aprobarse en una junta de gobierno extraordinaria inicialmente convocada mañana, a mediodía de ayer la reunión se aplazó al 30 de junio, oficialmente por cuestiones de agenda. El contrato, diseñado bajo un área de gestión del PSPV, ha generado un desencuentro entre los dos socios del gobierno provincial.
Compromís se inclinaba este lunes por votar en contra del expediente de contratación. El portavoz de la coalición valencianista, Xavier Rius, considera que no se ha tenido en cuenta el acuerdo de la pasada legislatura que abogaba por endurecer las condiciones para la celebración de festejos taurinos y por potenciar las actividades culturales en la plaza. Los nuevos pliegos introducen criterios orientados a promover un incremento de los primeros.
«Una mirada más sensible»
Sin embargo, la diputación solo estará obligada a ceder la plaza a la adjudicataria para actos taurinos durante 20 días al año en las principales festividades, cuando el anterior contrato fijaba un mínimo de 60 días de arrendamiento, el triple que ahora en adelante. Fuentes próximas al PSPV subrayan que este cambio permitirá aumentar los actos culturales en el complejo en fechas señaladas.
En las filas socialistas restan importancia al enfrentamiento, haciendo hincapié en que ya era conocido que ambos socios difieren en su postura sobre los toros. El PSPV tiene mayoría en la junta de gobierno y no necesitaría a Compromís para sacar adelante el concurso. «Estamos muy lejos del modelo que preconiza una parte del equipo de gobierno», coincide Rius, que pide «una mirada más sensible» y se muestra en desacuerdo con las prórrogas autorizadas a Simón Casas en pandemia por falta de actividad, «sin el conocimiento de Compromís».
El precio exigido en el nuevo pliego a la empresa que explotará la plaza se reduce de 200.000 a 150.000 euros anuales más IVA por un periodo de 4 años, prorrogables a 7. Los valencianistas, contrarios a las corridas de toros, apretaron a sus socios al inicio de legislatura para que el canon se incrementara, tras recortarse a la mitad bajo el mandato del PP. Más tarde defendieron vía enmiendas una solución intermedia consistente en dejar de mantener la Escuela de Tauromaquia. Pero no ha habido acercamientos.
La futura adjudicataria solo estará obligada a programar 15 festejos taurinos en 2022, dos menos de los que exigía el contrato de 2014. Aun así, las firmas que sean capaces de incrementar el número mínimo de eventos establecido obtendrán más puntos en la adjudicación. Otra novedad del pliego es la drástica reducción de las entradas de libre disposición en manos de la diputación, que pasan de 493 a 36. El presidente Toni Gaspar ya puso coto a la discrecionalidad hace unos años.
La corporación también quiere abrir el abanico de empresas que podrán optar a la gestión, flexibilizando los requisitos de acceso al concurso. Si bien hasta ahora solo se permitía pujar a firmas que controlaban plazas de primera categoría, con el nuevo pliego bastará que acrediten su experiencia en la organización de festejos en plazas de segunda categoría.
El coso de la calle Xàtiva lleva sin acoger toros desde marzo de 2020. La actual concesionaria ha renunciado a programar la Feria de Julio alegando que no sería rentable con los aforos actuales.
