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La afinidad a Chacón de la titular de Territorio serena al Consell

Presidencia confía en el perfil federalista de Isabel Rodríguez, próxima también al exlíder manchego Barreda

Miquel Iceta entrega la cartera de Isabel Rodríguez

El cambio del catalán Miquel Iceta por la manchega Isabel Rodríguez en la cartera de Política Territorial hizo correr alguna gota de sudor el sábado en el Palau de la Generalitat. «Pedro Sánchez apostaba por el interior y regalaba un gesto a Emiliano García-Page», el barón socialista más crítico con la gestión catalana, fue una de las primeras interpretaciones que salieron desde Madrid.

Pasadas las primeras horas, y escrutada la trayectoria de la alcaldesa de Puertollano hasta el pasado domingo, la tranquilidad es mayor en el Consell acerca del futuro de la agenda federalista que defiende Ximo Puig y el Gobierno valenciano. Pesa sobre todo la cercanía de Rodríguez, diputada en el Congreso entre 2011 y 2019, con Carme Chacón, una de las impulsoras de la vía federal en el discurso del PSOE. Porque si algo marca la figura de la nueva titular de Política Territorial es su relación con la exministra y excandidata a liderar el socialismo español (Chacón perdió en 2012 frente a Pérez Rubalcaba por 22 votos).

Y más que una política de García-Page, Isabel Rodríguez es sobre todo persona de la total confianza del expresidente manchego José María Barreda. Eso es lo que cuentan en los círculos socialistas de la capital y lo que ha aportado cierta tranquilidad al socialismo valenciano y, en extenso, al gobierno progresista.

Y existe alguna diferencia entre Barreda y García-Page. El primero, a diferencia del actual presidente castellano-manchego, he defendido recientemente los indultos a los presos del procés.

Todos esos detalles del perfil de Isabel Rodríguez, su afinidad al grupo político socialista donde estaban Chacón, Barreda y Miguel Barroso, hacen prever un mantenimiento de la agenda federal por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez. En todo caso, precisan las fuentes consultadas, una cuestión de este calado (el modelo de país para el futuro) depende de Moncloa fundamentalmente. Es quien marca el rumbo. El titular del ministerio puede vehicular esa política, pero no imponer una determinada orientación, que emana de más arriba. Lo que pase, por tanto, será decisión de Sánchez.

Iceta lamentó ayer abandonar el puesto que ahora ocupaba en el gabinete. Sin embargo, voces del partido señalan que el presidente no quería a un catalán en el puesto cuando además está la mesa de diálogo con el Govern. Podía distorsionar la relación con el resto de autonomías y la imagen que se transmitía.

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