El Consell no ve con malos ojos la iniciativa de pedir el certificado de vacunación o una PCR negativa para entrar en un bar o un local de ocio. Sin embargo, considera que no es el momento de aplicar una medida de este tipo. La Generalitat no la pondrá en marcha hasta que haya ofrecido a toda la población la posibilidad de vacunarse. Llegado ese momento, es una opción a estudiar, aseguraron ayer desde el entorno del president, Ximo Puig.

Se trata de una cuestión de equidad, añaden, algo que también defendió la consellera Ana Barceló en Corts ayer para que nadie se sintiera discriminado. En este momento se considera que esta decisión generaría un problema de desigualdad entre las personas, ya que hay parte de la población valenciana que no ha podido vacunarse. El 60 % de la ciudadanía tiene la pauta completa.

Otras autonomías sí contemplan iniciativas tan drásticas para favorecer la seguridad en los espacios públicos. Galicia fue la primera. Pide desde el sábado el llamado pasaporte covid (acredita la vacunación completa) para poder en locales de hostelería en los municipios con mayor incidencia. Canarias se sumó ayer a esta línea de actuación y la hace extensiva, además de la hostelería, a espectáculos deportivos y culturales en recintos cerrados.

Francia ha ejercido una especie de papel de reclamo en esta política, si bien sus razones estaban también en alentar a la vacunación de la población porque hay una parte considerable de esta que ha decidido voluntariamente no pasar por el pinchazo.

Puig dijo ayer en una entrevista en Telecinco al ser preguntado por esta media que la Generalitat no ll quiere hacer efectiva esta «hasta que tengamos la capacidad de vacunación de todas las personas para que no exista un elemento de falta de equidad, ya que la PCR tiene un coste y aún no hemos ofrecido a toda la población la oportunidad de vacunarse».