La Comunitat Valenciana acaba los veranos con cifras «inasumibles» (el adjetivo lo utilizó ayer la consellera de Justicia, Gabriela Bravo) de ahogados. El pasado año perdieron la vida 61 bañistas y en lo que va de este han fallecido ya 23. Los socorristas hacen todo lo que pueden. Y se desgañitan cuando el mar está furioso y ondea la bandera roja, pero hay bañistas imprudentes. Así que no está de más tener ojos en el cielo.

«Con el mar no se puede jugar sin conocer sus reglas», afirmó ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que, junto a la consellera de Justicia, presentó en Xàbia el proyecto piloto de drones en las playas valencianas. Sirven, claro está, para vigilar. Pero también echan una mano en los rescates. Están equipados con salvavidas que pueden lanzar a un bañista en caso de emergencia. Al acto también acudieron el responsable de la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, José María Ángel, y el alcalde de la localidad, José Chulvi.

Los drones hace tiempo que dejaron de ser ciencia ficción. Este verano ya sobrevolarán las playas de diez municipios costeros: Dénia, Xàbia, Benidorm y Guardarmar, en Alicante; Gandia, Cullera y Alboraia, en València, y Orpesa, Burriana y Peñíscola, en Castelló.

La consellera de Justicia subrayó que es imprescindible que los bañistas se conciencien y sean responsables. «La consecuencia de las imprudencias puede ser la muerte», advirtió.

Bravo aseguró que este proyecto piloto, que forma parte de la campaña «Stop ahogamientos», mejorará la eficacia de los servicios de socorrismo y salvamento. «Lo vamos a evaluar y estudiaremos su posible implantación en todos los municipios costeros», avanzó.

La consellera también anunció que su departamento trabajará con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) y la Cruz Roja para analizar dónde ocurren más ahogamientos, las circunstancias en las que se producen y las personas y los grupos de edad que están más expuestos.

Simulacro de rescate

La presentación de la campaña en Xàbia incluyó un simulacro de rescate. El dron despegó desde el jardín del Parador de Turismo. En un santiamén se plantó en el centro de la playa del Arenal, en un punto donde se suelen dar mareas que arrastran mar adentro. El dron dejó caer el salvavidas, al que se cogió con fuerza la «víctima» mientras llegaban en moto de agua los socorristas de la Cruz Ruja y un agente de la Policía Local.