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Los expertos piden que los colegios no oculten el acoso en las aulas

El psicólogo Iñaki Piñuel apuesta en las Corts por una legislación que obligue a los centros a contabilizar estos hechos, mientras que Óscar Cortijo defiende que no se puede poner al mismo nivel a víctima y agresor

Uno de cada cuatro estudiantes vivirán en algún momento acoso escolar entre los 7 y los 17 años. | PILAR CORTES

Xenofobia, gordofobia, LGTBIfobia, islamofobia, aporofobia... La lista de palabras con el sufijo «fobia» —entendido como aversión o rechazo a una persona— podría continuar y, en la mayoría de casos, son estas actitudes y pensamientos intolerantes los que se convierten en motor y gasolina para el acoso escolar. Se trata de una triste y dura realidad que prácticamente uno de cada cuatro escolares y estudiantes vivirá durante su vida académica, entre los siete y los 17 años.

Así lo recordaron ayer dos expertos en las Corts, donde una comisión se volvió a reunir con el objetivo de impulsar políticas concretas para la prevención y la actuación contra el bullying en las aulas. Los profesionales citados —los psicólogos Iñaki Piñuel y Óscar Cortijo, que también son miembros de la mesa de trabajo—, no dudaron en apuntar deberes a los centros educativos.

Piñuel, doctor en Psicología, psicoterapeuta e investigador sobre acoso escolar, es partidario de que se «imponga» a los colegios e institutos la medición del acoso en sus aulas donde, como en muchas ocasiones denuncian las familias afectadas, se actúa tarde y mal ante una situación de este tipo o, incluso, se oculta para que no afecte a la reputación del centro.

«Para ‘desclandestinizar’ este tema, animo a que se legisle y que en los centros valencianos se mida obligatoriamente y de forma trimestral el acoso escolar», apuntó Piñuel, ante las diputadas que forman parte de la comisión. «Solamente si medimos el acoso escolar, podremos intervenir a tiempo», subrayó, ya que los expertos son partidarios de no esperar a que el mal ya esté hecho para intervenir, lo que genera estrés postraumático a las víctimas y secuelas que pueden arrastrarse durante la vida adulta y que, en un momento u otro, habrá que tratar.

Contra la dejadez

En opinión de Piñuel, la situación es en muchas ocasiones de «enorme dejadez» en los colegios. Además, advierte de que el 4 % de los casos de bullying, es el profesorado quien da pie a que estas actitudes se propaguen entre el alumnado. Por ejemplo, cuando algunos docentes «ridiculizan» en público a un estudiante que no ha sacado buena nota, colocándolo en la diana del ataque de sus compañeros. Esto, en opinión del experto, es «inadmisible» y debería «sancionarse en grado máximo».

Por su parte, Óscar Cortijo, vicedegano del Colegio Oficial de Psicología de la Comunitat Valencian, es partidario de no poner al mismo nivel a víctima y acosado. Por este motivo, descarta la mediación en el bullying, que sí es útil para otros conflictos, como demuestran el éxito del proyecto Pigmalión —donde son los mismos alumnos los que velan por la buena convivencia—; o la figura del docente coordinador de Igualdad y Convivencia que impulsó la Conselleria de Educación.

«Si no se actúa, se puede lanzar el mensaje de que la violencia es exitosa», avisó Cortijo, mientras que, en su intervención inicial, Piñuel también dejó una advertencia ya que, si se previene el acoso en los colegios y desde edades tempranas, «estamos previniendo futuras víctimas». «Sabemos que los que instigan esos casos de violencia escolar en un futuro se convierten en adultos maltratadores, en psicópatas», asegura.

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