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Discriminación

Los delitos de odio crecen un 66 % desde el año 2013

Según los datos del ministerio de Interior, este tipo de delitos han pasado de 100 a 151 en 8 años - La gran mayoría se producen por racismo e ideología, además de discrimación por sexo o género

Manifestación ultraderechista de España 2000 el pasado uno de mayo en València.

Los delitos de odio no han parado de subir desde que hay registros. De 100 casos conocidos en la Comunitat en el año 2013, a 151 en el año 2020 (con confinamiento domiciliario incluido). Son los datos que se extraen de los Informes sobre la evolución de los delitos de odio en España que el Ministerio de Interior publica desde hace ocho años.

Las principales motivaciones de estos delitos, según reflejan las estadísticas, son el racismo/xenofobia, la ideología, la discriminación por sexo/género y la orientación sexual (lgtbifobia). Lo son desde que hay estadísticas. En el año 2020 se dieron 58 delitos por racismo, 20 por discriminación sexual y 24 por ideología y discriminación por sexo. La provincia más afectada por esta lacra cada año es València, seguida de Alicante y de Castelló, en ese orden por número de delitos. En cuanto a tasa de delitos por cada 100.000 personas, la Comunitat se sitúa en la media estatal (3). 

Evolución de los delitos de odio en la C.Valenciana desde 2013 Levante EMV

Si hacemos el mismo ejercicio a nivel nacional, los datos pegaron un bajón en 2020 (1.401), algo que no ha ocurrido en la Comunitat, al contrario. Y de igual manera, desde 2013 (1.172) a 2019 (1.706) no paran de crecer en España. 

Pese a todo, esta escalada de delitos no tiene por qué tener una lectura negativa. Como señala Susana Gisbert, fiscal delegada de delitos de odio «estoy segura de que cada año la gente denuncia más este tipo de delitos». Es decir, esta realidad se está haciendo cada año más visible. Según estimaba el Ministerio de Interior en su última encuesta de delitos de odio (2021) solo uno de cada diez casos de discriminación se denuncian. «Nunca me ha ocurrido que una persona venga a denunciar y me diga que no le había pasado nunca. Siempre le ha ocurrido muchas veces antes y cuando vienen a denunciar lo hacen porque piensan que ya está bien», explica Gisbert

Según estima el Ministerio de Interior, solo uno de cada diez delitos de odio se denuncian

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Combatir la infradenuncia

Formación. Visibilidad. Esas son las claves. Primero, que las Fuerzas de Seguridad y operadores jurídicos conozcan y sepan tratar esta realidad. Segundo, que las propias víctimas tengan información. «Hay dos problemas, el primero que muchas personas no saben que si le dicen ‘maricón de mierda’ es denunciable, el segundo que todavía hoy hay casos en los que se dice esto y los policías acaban cerrándolo como un robo o un delito de lesiones, y el componente de odio queda totalmente enmascarado», explica la fiscal. 

“Ya se están haciendo muchas charlas y conferencias de formación sobre delitos de odio y estamos en camino. Antes muchos de estos delitos acababan yendo por lesiones y listo, no se tenía en cuenta el componente de odio”, señala Gisbert. 

Algo similar ocurre con el racismo, muchas víctimas no saben que lo son, aunque aquí, cuenta Gisbert, también entra el miedo a denunciar cuando se es una persona en situación administrativa irregular. “Primero es que la propia víctima muchas veces no sabe que lo es, y lo segundo es que se atreva a denunciar en una comisaría pese a estar en situación irregular. Al final muchas personas no lo hacen por miedo”, explica. 

Sobre la ideología, una de las principales causas de los delitos de odio, Gisbert asegura que «no podemos obviar que existe una ideología que comete casi todos estos delitos», y aseguró que es anecdótico que vengan de otro lado. «Son grupos de skins y neonazis que tienen en su ADN la discriminación al vulnerable. Son organizaciones que tienen en sus bases el odio al diferente, y no solo atacan por ideología, también por racismo, orientación sexual, aporofobia  o discapacidad».

"Antes muchos de estos delitos acababan yendo por lesiones y listo, no se tenía en cuenta el componente de odio”, dice Susana Gisbert

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El odio al pobre 

Aporofobia”, o el odio al pobre, es un término acuñado por la filósofa Adela Cortina. Aparece en las estadísticas de delitos de odio y cada año se registran poco más que un par de casos en la Comunitat. Es un ejemplo perfecto de la falta de visibilidad. “Es muy difícil de detectar. Hay muchos crímenes contra mendigos que acaban cerrándose un delito de lesiones o incluso de homicidio y listo, pero pocas veces se menciona la palabra aporofobia”, explica Gisbert. De hecho, la aporofobia aparece en las estadísticas, pero no está considerada como un delito de odio en el Código Penal. “Quien hiciera la última reforma decidió que el odio contra el pobre no iba a estar incluido”, apunta la fiscal. 

Pero eso no quiere decir que no esté penado. “Lo estamos catalogando como un delito contra la integridad moral con el agravante de aporofobia”, dice Gisbert. Y pide mayor formación para que fuerzas de seguridad y agentes jurídicos puedan reconocer esta realidad. Todavía queda por avanzar. 

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