El pasado 3 de julio el cuerpo sin vida de un hombre fue encontrado por una barca de pescadores a unas diez millas del puerto de València. Por el tiempo en el agua y la acción de los peces poco se pudo determinar más que su origen africano, y todo parecía indicar que se trataba del ocupante de una patera. Ni se sabe el tiempo que pudo estar en el mar, ni dónde se hundió su embarcación, si es que se hundió. 

Sí se sabe que es uno de los 163 náufragos que murieron o desaparecieron en la ruta migratoria argelina en este 2021;una travesía para las pateras que une la costa de este país con Alicante, Región de Murcia, C. Valenciana y Baleares. Es una de las rutas de más reciente “apertura” y que están en auge debido a la militarización de zonas como Ceuta y Melilla o el Estrecho de Gibraltar. Sus 650 km de mar abierto la hacen también una de las más peligrosas, y así lo reflejan las estadísticas. De todas las muertes en el mar hacia la península y Baleares (318), más de la mitad fueron en esta ruta en 2021. 

Son datos recientemente publicados por el proyecto Missing Migrants (migrantes desaparecidos) de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), que confirman la tendencia de esta ruta como una de las más mortíferas. En 2020, de las 343 personas que murieron o desaparecieron al intentar llegar a la península por diferentes rutas, 251 lo hicieron por la argelina. En 2019 la ruta registró 58 muertos. 

La gran mayoría de fallecidos en la ruta estuvieron más cerca de las costas de Argelia (147) que de España (16)

Sin embargo, la argelina sigue siendo todavía un trayecto secundario, por su reciente uso sobre todo por ciudadanos de este país y embarcaciones muy precarias. La realidad es que el grueso de las muertes de personas migrantes en el mar en su intento de llegar a España sigue copado por la ruta canaria: tres de cada cuatro muertes, 937 personas, corresponden solo a esta ruta. En total, 1.255 personas han muerto o desaparecido en el mar este año, un récord histórico desde que la OIM empezó a recopilar datos, en el año 2014. 

La gran mayoría de muertes registradas en esta ruta fueron cerca de las costas de Argelia. 31 naufragios se llevaron un total de 147 vidas cerca de las costas del país norteafricano. El mayor naufragio en las costas españolas fue el que arrebató la vida a 11 personas frente a las costas de Mazarrón en Murcia, entre los que había dos niños. Y el mayor incidente registrado en general es el que arrebató la vida a 17 personas el 30 de junio de 2021 en un “punto indeterminado del Mediterráneo” según consta en la OIM. No hubo ningún superviviente. 

Ruta Argelina Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA)

En el año 2020 hubo 6.404 llegadas por levante y Baleares, según datos del Ministerio de Interior y Cruz Roja, siendo la tercera ruta más frecuentada por detrás de Canarias (23.023), y Andalucía (10.206). Pese a que Andalucía recibió un 40 % más de llegadas en 2020, registró 202 muertes, mientras que la argelina marcó 251. 

Una ruta en crecimiento

La argelina es una travesía "en auge" y seguirá así por un tiempo, así lo asegura Ismael Furió, patrón de la Salvamar Pollux de Salvamento Marítimo en València, rescatador desde hace más de 20 años y representante de CGT, el sindicato mayoritario entre los rescatadores. Pese a todo, Furió denuncia que la ruta es "casi un suicidio" debido a los más de 650 km de distancia que a menudo se hacen con embarcaciones muy precarias. "Ya no vemos tantas pateras grandes y de madera como las que todo el mundo tiene en la cabeza, que dentro de lo malo eran un poco más seguras, cada vez quedan menos de esas", cuenta el rescatador.

El hecho de que la gran mayoría de las muertes se localicen cerca de las costas argelinas se debe a ello, según explica Furió. "Son embarcaciones de tan malas condiciones que es normal que acaben naufragando. Y si encima metes ahí a 20, 30 o 40 personas como hemos visto... es un despropósito. Lo más probable es que acaben volcando y hundiéndose. No están capacitadas, no tienen la más mínima oportunidad", cuenta Furió.

Aún así lo hacen porque, explica, el objetivo no es llegar al otro lado. "La idea es conseguir salir de aguas argelinas y ser detectado por alguno de los infinitos barcos que pasan por ahí". Lo que lo hace una buena alternativa a la ruta canaria es que, según relata Furió "parece obvio pero en esa ruta acabas por llegar a una isla muy lejos de Europa, y luego tienes que pasar por el siguiente nivel que es salir de ahí. Pero no hay a penas barcos que hagan trayecto a la península y tienes que pasar varios días sin que te pillen, y tampoco puedes colarte en un avión. Después, en la isla tampoco hay muchas opciones de trabajo para ellos", añade Furió.

Con todo esto Furió augura un aumento en las llegadas por mar desde Argelia los próximos años, pero que no durará mucho. "Es una ruta en auge porque no hay demasiada presión policial por parte de España, pero la habrá cuando las llegadas empiecen a crecer". Entonces -sigue Furió- "Interior reforzará la zona y cerrará la ruta hasta reducirla a su mínima expresión. Es lo que pasó con Ceuta, y luego con Andalucía, y está empezando a ocurrir con Canarias", sentencia.

Pese a todo, la argelina sigue siendo una travesía desconocida para las organizaciones y asociaciones. Como denuncia la oenegé Caminando Fronteras, de la activista Helena Maleno, en su último informe de monitoreo: “hemos de expresar la preocupación por la ruta argelina, de donde apenas se recibe información, por lo que no está representada como debería en nuestro recuento, y saber la verdad de lo que sucede en esta ruta continúa siendo un reto para nuestra organización”.