Son numerosas las vacunas que se reciben a lo largo de la vida, muy especialmente durante la edad pediátrica, pero ninguna con la carga simbólica —y también cierta tensión— que envuelve a la de la covid-19 que hoy empezarán a recibir los primeros menores de 12 años en la Comunitat Valenciana. En concreto, alumnado de 4º, 5º y 6º de Primaria, además del de Educación Especial.

En este nuevo episodio que se inicia contra la pandemia —con preparativos a contrarreloj en los colegios—, desde la comunidad educativa piden no olvidar las emociones que pueden sentir los más pequeños llegado el momento de recibir la dosis pediátrica de Pfizer.

Joaquina Barba, presidenta de la Associació de Directives d’Infantil y Primaria (Adip-PV), explica que entre reuniones, claustros y organizar protocolos y espacios, hay que sacar tiempo para hablar con el alumnado. «Al repartir la circular he hablado con los delegados de clase y con todos los niños y niñas. Están escuchando muchas cosas estos días, pero nadie les ha explicado nada», lamenta la directora.

Por esto, Suni Marmaneu, madre y psicóloga, apunta que estos días es muy importante que las familias hablen con sus hijos e hijas. «Escucharles, preguntarles las dudas, buscar las respuestas juntos, entender que tengan miedo....» son algunas de las recomendaciones que da la psicóloga, que advierte de que «hay que validar las emociones de los más pequeños, nunca restarles importancia». «La anticipación es clave porque les aporta mucha seguridad y no hay que disfrazar la realidad», añade.

Decir a los niños y niñas que «entendemos sus temores», pero que solo será «un pellizco», además de transmitirles, sobre todo, «seguridad», ese es el papel de los adultos, detalla. «Somos sus referentes, no hay que transmitirles dudas, aunque las tengamos», incide.

Rubén Pacheco, presidente de la Confederación de ampas Gonzalo Anaya, reflexiona que, igual que los más pequeños han acompañado al resto de familiares a la vacunación, ahora es momento de acompañarles a ellos. «Han visto a los yayos, los padres, hermanos mayores... Es un proceso que han compartido y ahora les toca a ellos; lo tienen interiorizado», apunta.

Entre otras cosas, Pacheco considera que hay «normalizar» y «desdramatizar» la vacuna, explicándoles que esta es «como cualquier otra», y no «añadir una tensión innecesaria y estéril» ante el pinchazo, que no es agradable y ya de por sí pueden temer algunos escolares. En esta línea, las familias aplauden que finalmente Sanidad y Educación les hayan permitido estar presentes en ese momento. «Es positivo. ¿Por qué no acompañar a los niños o niñas que tienen una mayor sensibilidad? Somos disciplinados y el ámbito educativo ya lo ha demostrado», argumenta Pacheco.

Una «picadura de mosquito»

Los centros y las familias inciden en que los escolares han sido «superhéroes» y «superheroínas» durante la pandemia, con un comportamiento ejemplar. Ahora se necesita un paso más «de campeones» y ese es el mensaje que se ha transmitido en el CEIP Ausiàs March de València, donde han explicado la vacunación a los escolares con una guía remitida por su centro de salud.

En ella, se ilustra que «pediatra y enfermera vendrán a nuestro cole a vacunarnos» y lo harán con cariño», y que «es normal sentirse asustados». Por eso, ese día explican que se permite al alumnado llevar, por ejemplo, algún peluche, y «pensar en otra cosa» en el momento de sentir «una picadura de un mosquito» mientras cuentan hasta cinco.

Pilar Fernández, maestra del centro explica que algunas familias tienen «mucho miedo» pero que a los niños «no se les ve nerviosos». Aún así, les conciencian de que será «un momento corto, que pasará rápido» con la diferencia que, como también destacan las fuentes anteriores, los escolares no recibirán la primera dosis ni en vacunódromos ni en centros sanitarios, como los mayores.

Por ello, los colegios ya han transformado de nuevo sus espacios y han habilitado salones de actos, comedores o gimnasios para recibir a los sanitarios.