El ferrocarril es el medio de transporte más eficiente y que menos emisiones de CO2 emite la atmósfera. Si se le suma la combinación tren más bicicleta, la combinación es perfecta e imbatible en la lucha contra la crisis climática que afronta la humanidad. Pero la apuesta en materia de infraestructuras durante muchas décadas ha obviado esta opción perfecta. «Se ha hecho y se hace política de infraestructuras para agravar el cambio climático», aseguró ayer Sergi Campillo, vicealcalde y concejal de Ecología Urbana del Ayuntamiento de València. Un diagnóstico en el que coincidieron la directora general de Cambio Climático, Celsa Monrós, y el coordinador adjunto de la oficina del Gobierno para el corredor mediterráneo, Antonio Vicente, en la mesa redonda «Ferrocarril y cambio climático», organizada por el Centre de Documentació Europea-Fundació General Universitat de València con motivo del año europeu del ferrocarril, bajo el lema «Comboi Europa».

«El modelo económico se ha estructurado alrededor del coche», lamentó Monrós. Además de «promover durante años un modelo de construcción desaforado y de movilidad dispersa con centros de trabajo y áreas industriales sin transporte público». «Y una apuesta durante años por la construcción de autovías que hizo que se perdiera el ferrocarril convencional», recordó Antonio Vicente. La inversión ferroviaria se recuperó con el impulso a la red de alta velocidad «que ha recibido 56.000 millones desde 1990 hasta 2018», recordó Campillo. Pero que ha mantenido a la red de Cercanías como la hermana pobre de la política inversora estatal. «Ha recibido quince veces menos inversión que el AVE y el resultado es que hemos perdido 12 millones de viajeros en Cercanías que se han ido al coche», diagnosticó Campillo.

Por eso el vicealcalde de València coincidió con el coordinador adjunto del corredor mediterráneo en que «el corredor mediterráneo es la oportunidad para resolver la movilidad en los próximos años para darle una coherencia a las Cercanías y promover las mercancías». Un corredor mediterráneo «que no es un AVE. Es mucho más», recordó el ingeniero de caminos Antonio Vicente y que revitalizará la «liberalización del transporte» y «cuando se ejecute el túnel pasante y la nueva doble plataforma resolverá muchos problemas de las Cercanías».

«Para que el país cumpla los objetivo de emisiones la primera opción debería ser tener las cercanías arregladas en los núcleos importantes», defendió el vicealcalde porque «València es un drama, pero otro caso sangrante es el de Alicante-Elx donde todo el mundo se mueve en coche. Cuando hablamos de cambio climático no nos podemos permitir el lujo de dejar morir el tren, mientras ampliamos la V-21», criticó Campillo.

La Generalitat, que declaró la emergencia climática en 2019 «está dando pasos decididos para hacer un territorio resiliente y sostenible para adaptarlo a los nuevos retos climáticos». Aunque admitió el retraso de la ley de transición ecológica y cambio climático, Monrós destacó que la Conselleria de Transición Ecológica sí cuenta con «una hoja de ruta de planes sectoriales y un plan de reducción de emisiones, con ayudas a los ayuntamientos para incrementar las medidas».

La Comisión Europea (CE) desveló ayer un paquete de medidas para acelerar el desarrollo del sistema de transportes sostenible y digital europeo, entre ellas una hoja de ruta con iniciativas para impulsar los trenes de pasajeros de alta velocidad en toda la Unión Europea (UE). Bruselas quiere conseguir que los desplazamientos entre socios del bloque en tren sean «más atractivos» gracias a viajes «más cortos, más frecuentes y más asequibles» porque sólo el 7 % de los kilómetros recorridos por trenes europeos entre 2001 y 2018 involucraron al menos a dos Estados miembros.

Para lograrlo, las acciones del plan de acción se dirigirán a abaratar la compra de billetes, o mediante la venta de tickets válidos para varios medios de transporte o con una posible exención en el pago del IVA en los viajes internacionales.

«Los billetes de tren tienen que ser más fáciles de encontrar, de reservar y de comprar a precios atractivos», resumió el vicepresidente del Ejecutivo comunitario responsable del Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans.

El plan de acción también prevé «derogar» normas técnicas y operativas nacionales «redundantes» y directrices para simplificar el acceso de operadores ferroviarios a infraestructuras, lo que supondrá una mayor competencia entre compañías del sector.

La Comisión Europea también ha revisado el reglamento de la red transeuropea de transportes (RTET), en la que está incluido como corredor prioritario el eje mediterráneo y el cantábrico-mediterráneo para favorecer los desplazamientos en tren. Bruselas pretende que la red básica (donde está incluido el eje mediterráneo) esté finalizar en 2030 y que la «red básica ampliada» se complete en 2040 con nuevos «estándares» como una velocidad mínima en las líneas de 160 kilómetros por hora.

Por último, la Comisión Europea dará directrices para que las mayores ciudades de la UE diseñen planes de movilidad urbana que fomenten los desplazamientos en bicicleta y transporte público.

Europa apuesta por impulsar el tren y la bici en las urbes

La Comisión presenta la revisión de las redes transeuropeas de transporte y medidas

El vicealcalde de València Sergi Campillo y la directora general de Cambio Climático, Celsa Monrós, criticaron el cierre de la línea histórica Utiel-Cuenca anunciado la semana pasada. «Se dice que cada viaje cuesta 123 euro frente a los 11,4 euros del AVE sin tener en cuenta el coste que ha tenido la línea de alta velocidad», lamentó Castillo. Monrós añadió que «las externalidades no se pagan en este país. La dicotomía no es real. La línea puede no ser rentable a nivel económico, pero a nivel ecológico o de paradigma poblacional sí lo es», defendió.