El archivo de la causa del «pitufeo», o blanqueo de capitales en pequeñas cantidades, para trece excargos del Ayuntamiento de València de la etapa de gobierno de Rita Barberá generó ayer alegría contenida en el PPCV. La organización que preside Carlos Mazón considera que se despeja el horizonte para rehabilitar la figura de la exalcaldesa fallecida, pero busca un ajuste de cuentas con el PSPV y Compromís por su papel de azote de la corrupción popular. Una izquierda que, según la secretaria general del PPCV, Maria José Catalá, debe pedir perdón «por la judicialización insensata de la política» y por alcanzar las instituciones de forma «diabólica» y «destrozando vidas». «Justicia», apostillaba ayer Mazón en un tuit.

Aunque con el «pitufeo» no desaparecen todos los nubarrones judiciales de esa etapa, esa pieza fue la más contribuyó a deteriorar la imagen de Barberá y la que acabó empujándola fuera del partido.

De ahí la satisfacción de un PP al que los asuntos turbios y la acción de la Justicia dejó huérfano de referentes. A esta estrategia se sumó ayer con efusión el PP nacional. El secretario general, Teodoro García Egea, mano derecha de Pablo Casado, mantuvo que la izquierda debe disculparse, mientras que el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, apuntó en otro tuit que él nunca dudó de la inocencia de la exalcaldesa de València.

Memoria selectiva

En su arremetida contra la izquierda, sin embargo, los populares practican una memoria selectiva ya que obvian el repudio que ellos mismos ejercieron contra la exalcaldesa. La reprobación en las Corts que votó el grupo parlamentario que entonces lideraba Isabel Bonig es sabida, como también el posterior mea culpa entonado por la cúpula regional, incluida Catalá, que también votó la resolución para exigir a Barberá a dejar su escaño de senadora.

Génova no quedó al margen de ese rechazo. El propio Rajoy dejó caer a Barberá y dio indicaciones para arrinconarla en la Cámara Alta y echarla del grupo. Bajo su presidencia, el PP la expedientó. Pero Pablo Casado, entonces joven promesa de Génova, fue de los primeros en alzar la voz contra la que era intocable en el partido. Se le quedó corta la reprobación en las Corts y pidió que dejara el escaño. De momento, ni PSPV ni Compromís se arrugan. Elportavoz del PSPV en València, Borja Sanjuán, y el vicealcalde de València Sergi Campillo, sostienen que el archivo no invalida la investigación sobre financiación irregular.