Conducir de noche, por una carretera monótona, con cansancio acumulado. Mover la cabeza para despejarse. No, no se puede dormir. Sin embargo, un momento de despiste, el tiempo y la fatiga que hacen mella, que aprietan sobre los párpados y atraen a Morfeo y sus efectos. De repente, ante la cabeza que se precipita hacia abajo, suena algo en el coche, algo que avisa que quien está al volante se está durmiendo, que el sueño puede vencer y suponer un peligro a la seguridad vial.

El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana distinguió ayer con el primer premio de los TFM (Trabajo de Fin de Máster) un prototipo de bajo coste que detecta la somnolencia en la conducción a través de Inteligencia Artificial y el reconocimiento de expresiones facilales como la pesadez de párpados o los bostezos, incluso con gafas de sol o con mascarilla puesta.

Uno de los aspectos que valoraron de este proyecto desde la institución académica es que su viabilidad económica y aplicación es «elevada» ya que con un coste de producción de 150 euros podría aplicarse como equipamiento básico o extra en vehículos, y evitar un gran número de accidentes de tráfico debidos a cansancio y sueño.

Su autor, el ingeniero industrial, Julio Cano, explica que es «muy viable e incluso se puede aplicar, más allá del ámbito del sector automovilístico como pueda ser el industrial y ámbitos en los que una persona se dedique a manejar maquinaria pesada en una línea de producción donde se realizan tareas peligrosas que exigen que se esté concentrado».

Entorno logístico real

Tras la propuesta de Cano, como segundo premio, el Colegio de Ingenieros Industriales destacó al ingeniero industrial, Sergio Vivó por su trabajo centrado en el ámbito de la logística y el medio marítimo que es responsable del 90% del comercio mundial, por su proyecto de ayuda a los operadores de las terminales portuarias para que aumenten su rendimiento y optimización de tiempos y grúas en las terminales. El proyecto ha sido implementado a través de un modelo matemático en una herramienta de simulación.

«Está enfocado en la implementación de un modelo matemático que permita la planificación de atraques y designación de recursos de manera óptima», desgrana Vivó, ya que «uno de los problemas más importantes en este sentido es la replanificación de recursos».

Esta se hace a través de personas que tienen mucha experiencia en el sector y en ocasiones ellos mismos no saben si la planificación es la óptima. «Ha sido un reto porque se pueden contar con los dedos de la mano las medidas que se han intentado implantar en este sentido en un entorno real», subraya.

Los premios, que en la actualidad se encuentran en su duodécima edición, cuentan con un primer premio dotado de 1.200 euros y otro segundo de 800 euros. Pretenden, por una parte reconocer el talento de los más jóvenes, así como ayudarles en el comienzo de su carrera profesional a partir de visibilizar los mejores proyectos fin de máster.