El informe encargado por la Conselleria de Justicia y Administraciones Públicas para introducir reformas en los proceso selectivos para el acceso a la función pública hecho público recientemente plantea un nuevo modelo de oposiciones en el que las pruebas memorísticas tengan menos peso, pero también intenta corregir la dinámica actual de unos procesos que resultan ventajosos para quienes llevan años trabajando en la Generalitat de forma interina pero que no obtuvieron su plaza en propiedad. De hecho, el documento plantea una revisión de la fase de concurso para evitar que, como ocurre ahora, los méritos por la experiencia en el puesto acaben acaben inclinando la balanza hacia el aspirante interino en una convocatoria ordinaria de concurso-oposición.
Y es que para el grupo de trabajo, integrado por personas expertas en la materia capitaneados por el catedrático de Ciencia de la Administración Sánchez Morón, una cosa es el problema de alta temporalidad y otra el posible "trato de favor" a este colectivo cuando compite con personas ajenas a la administración que aspiran a ingresar a la función pública. El primer poblema trae de cabeza a los gobiernos después de que la Unión Europea haya dejado claro que la alta temporalidad en el sector público es inaceptable. De ahí, el conocido como decreto Iceta, de medidas urgentes para reducir la temporalidad y que traerá consigo convocatorias específicas para tratar de consolidar el empleo de miles de interinas e interinos que no han tenido oportunidad de consolidar su plaza y llevan años de trabajo en la Generalitat. Este proceso se sumará a los procesos de consolidación puestos ya en marcha para la Generalitat y diseñados para facilitar la conversión del funcionariado interino en fijo mediante el mayor peso de la fase de concurso.
