La coronafobia se define como el miedo a contagiarse de la covid-19. Un temor que se reproduce hasta el punto de no poder salir a la calle por temor a contraer el virus, hábitos de limpieza muy rígidos y extremos, fatiga, dolores de cabeza, problemas del sueño, tensión muscular, y en algunos casos incluso crisis de ansiedad y ataques de pánico.

Aunque la llegada de la vacuna y el relajamiento de las restricciones pueda indicar lo contrario, la consulta de Consuelo Tomás, psicologa clínica, vive un goteo constante de casos desde el inicio de la desescalada en mayo del año 2020. "El tema no es nuevo. Hará dos años que empezaron a llegar pacientes, justo cuando empezábamos a salir del confinamiento, con personas que tenían miedo a salir a la calle, y al principio lo asociamos al síndrome de la cabaña", cuenta. "Ahora, con el tiempo, se ha venido a llamar coronafobia, y destaca por unos niveles de ansiedad y tensión muy grandes cuando se tiene que salir o hacer alguna actividad en el exterior. Mientras el resto de personas retomaban la actividad y el contacto con amigos y familiares el resto lo evitaban a toda costa".

"Aunque el test de antígenos salga negativo ellos no se quedan tranquilos y se hacen otro al poco tiempo", dice la psicóloga Consuelo Tomás

Los síntomas de este trastorno psicológico son tanto fisiológicos como psicológicos. A nivel físico destaca "la fatiga, cansancio, dolores de cabeza y articulaciones, problemas del sueño, aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular y en algunos casos dolor en el pecho y dificultad para respirar. En algunos casos la ansiedad puede desencadenar crisis y ataques de pánico", señala Tomás.

Obsesión por los test de antígenos

La obsesión por no contraer el virus provoca que la persona esté continuamente realizándose pruebas diagnósticas, explica Tomás. "Aunque el test de antígenos salga negativo ellos no se quedan tranquilos y se hacen otro al poco tiempo, también están continuamente lavándose las manos con hidrogel de manera consultiva, y ambas cosas son perjudiciales a nivel físico", asegura.

A nivel psicológico se puede producir miedo, ansiedad, angustia ante la posibilidad de contagiarse, "y todo acompañado de anticipaciones negativas", apunta Tomás. "En lugar de vivir el momento presente en el que no están contagiados están todo el tiempo aterrorizados con la idea de contraer la enfermedad, son personas con un desasosiego permanente".

También afecta en el día a día a quienes la padecen, por ejemplo, en el plano laboral. "Evidentemente la gente tiene que ir a trabajar, pero se hace con unos niveles de ansiedad súper elevados, y lo mismo con otras actividades que impliquen salir fuera en el día a día".

Los factores que favorecen a la coronafobia, que no tienen una relación directa con padecer la enfermedad pero sí que pueden ser indicativos de la misma, son la baja tolerancia a la incertidumbre, la rigidez de pensamiento y los altos niveles de perfeccionismo, entre otros. "Las personas que necesitan tenerlo todo controlado, que piensan en términos de blanco o negro y tienen baja tolerancia a la frustración tienen muchas más posibilidades de desarrollar coronafobia. En este momento hay que vivir con un margen de incertidumbre por culpa del virus, no hay otra manera", dice Tomás. La mala percepción del riesgo es otro de los factores indicativos.

Igual que con el miedo a la vacuna, la sobreinformación y los bulos juegan un papel importante en el desarrollo de estos trastornos. "En el caso de la coronafobia la gran cantidad de las noticias sobre covid hace que las personas centren su atención solo en ese tema y se obsesionen. Encima si lo que hacen es desinformar o propagar bulos se aumenta todavía más la incertidumbre y los niveles de ansiedad".

Ayuda profesional

¿Cómo superar la enfermedad? "Lo primero es no avergonzarse del problema. Es un trastorno que está afectando a muchas personas y es importante visibilizarlo y atenderlo como se merece", cuenta Tomás. Después, explica la psicóloga, es importante que los allegados entiendan que el miedo de la persona "no es porque ella quiera sino porque no puede evitarlo, que entiendan que es un problema psicológico", dice.

Otro trabajo importante es que estas personas aprendan a cambiar el foco de atención y dediquen su tiempo a otros temas. "Que no estén todo el día analizando su cuerpo en busca de síntomas y haciéndose test de antígenos, que se distraigan con otros estímulos que no tengan que ver con la covid y aprendan a relajarse, pasear, respiración lenta y otras técnicas para combatir la ansiedad y recuperar la rutina".

Pero sobre todo, remarca Tomás, "si ven que la ansiedad se apodera de ellos o de una de sus personas cercanas o que empiezan a no hacer actividades que hacían antes de la pandemia por miedo al virus es recomendable que busquen ayuda profesional".

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