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Los gastos domésticos se disparan 300 euros

La subida de la luz, el gas, los combustibles y la cesta de la compra por el conflicto bélico supondrá para una familia media, junto al alza de precios sufrido ya con la pandemia, un sobrecoste de entre 200 y 300 euros al mes

Una mujer coge una botella de aceite de girasol en un supermercado de Alicante esta semana. | HÉCTOR FUENTES

Los hogares valencianos ya se resienten por el aumento de los precios de la guerra, cuya repercusión en la cesta de la compra será cada vez mayor a medida que se alargue el conflicto. No solo lo dicen los expertos, sino que ya se ve en las etiquetas de los supermercados. La invasión de Rusia ya ha supuesto una subida de la factura doméstica del gas y la luz de entre 79 y 222 euros al mes, según una estimación de la Organización de Consumidores y Usuarios. Eso es sólo el principio de una cadena que llega hasta las estanterías de las tiendas de alimentos. Las clases bajas y medias serán, lógicamente, las más afectadas. En total, una familia va a tener entre 200 y 300 euros más de gastos al mes, según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística.

Un coche reposta gasolina en una estación de servicio de Castelló estos días. | MANOLO NEBOT ROCHERA

De momento, la inflación ha escalado en febrero al 7,6 %, dos décimas más de lo previsto, pero la guerra en Ucrania alienta nuevas subidas de precios. Hay que remontarse a diciembre de 1986 para encontrar niveles similares en España. La gasolina sube un 25,1 %, el diésel un 28,4 %, y la electricidad un 80,5 %

Consumidores vulnerables

«Miremos por donde miremos, lo vamos a pagar de forma muy importante. Habrá que empezar a trabajar el concepto de consumidor vulnerable. A los que más afectan estas subidas es a familias numerosas de clase media con sueldos que no se actualizan al nivel de la inflación», explica Vicente Inglada, secretario de la Unión de Consumidores de la Comunidad Valenciana (UCE). Los costes de alimentar a un hogar de más de 4 o 5 miembros se multiplica. Que las clases bajas se van a ver especialmente afectadas es una obviedad, según los expertos consultados. «Quien vive ya en situación extrema, de exclusión o muy cerca de ella, ya es pobre. Por eso hablamos de que las clases medias son las que más lo van a notar», explica el secretario de la UCE.

«Desde distintos sectores decían que ellos iban a asumir las subidas energéticas, pero es muy relativo, porque ya hemos visto subidas espectaculares de productos de la cesta de la compra, ante la escasez de cereales», añade Inglada.

Desde la Asociación Valenciana de Consumidores, su presidente, Fernando Móner, explica que lo difícil es saber en qué productos no va a repercutir el estallido de la guerra. «Va a afectar a todo. Los costes globales se han multiplicado. Va a afectar en base a las circunstancias de cada familia. Si una familia tiene todos los aparatos eléctricos en casa, su factura va a ser enorme. Si es numerosa, más», asegura.

De momento, a corto plazo, el encarecimiento de los costes de la producción se trasladará a los lineales y al precio de venta final a las familias españolas. Un aumento sin igual de la luz y carburantes ha provocado que muchos productos de distintos ámbitos vean como sus precios aumenten de forma descontrolada, algo que afectará especialmente a los alimentos.

Productos como el pan, la bollería y pastelería, pastas alimenticias, cerveza y resto de bebidas alcohólicas, la carne, las conservas, los piensos, la madera, el maíz, la leche, el trigo, los huevos, las conservas o algo tan sencillo como el aceite de girasol ya han empezado a encarecerse. El precio del kilo de snacks, por ejemplo, ha pasado de 1,60 euros a 3,60 el kilo, por el inicio de la carestía de aceite de girasol. Los consumidores podrán acabar pagando hasta un 15 % más por una bolsa de patatas fritas. También empiezan a verse las subidas del aceite de oliva (30,6 %), otros aceites comestibles (32,3 %), pastas alimenticias (19,9 %) y alimentos para bebé (10,5 %).

Hay que ser más eficaces

«Se ha juntado la tormenta perfecta con la crisis energética, la guerra y la sequía. Estamos pidiendo que no haya desabastecimiento y eso solo pueden provocar los consumidores. Vamos a intentar ser eficaces todos. No me cabe en la cabeza que una familia llene la cesta de la compra con botellas de aceite de girasol y luego dé dinero a los refugiados. La misma solidaridad es comprar solo una botella», añade Móner, que se muestra esperanzado en que esta gran crisis sea puntual. «Yo soy optimista y creo que, estando en el siglo XXI, esto va a durar dos meses porque este señor (Vladimir Putin) se va a dar cuenta de que se va a ahogar», añade.

Mientras el coste alimentario sube, la factura eléctrica media durante 2021 ya tuvo un precio récord de 79 euros debido al fuerte incremento de la electricidad en el mercado mayorista durante el segundo semestre del año pasado.

Pero el conflicto de Ucrania va a empeorar esa crisis energética. Los hogares españoles podrían pagar 112 euros al mes, solo de luz, con los mismos precios medios de ahora, o bien afrontar una factura mensual media de 127 euros si se alcanzan los precios medios de diciembre. En un escenario de precios mensuales desconocidos y disparados, el recibo ascendería hasta 165 euros al mes, lo que supone un sobrecoste de 86 euros. Cifras similares se manejan con el gas, por no hablar de los carburantes. Llenar un depósito de 50 litros cuesta ya 88,5 euros después de que el litro de gasolina haya roto la barrera de los 2 euros. Hace un año costaba unos 65 euros.

El gran reto social

El Gobierno central y los ciudadanos afrontan un reto que supera al de la pandemia. «Las subidas van muy por encima del salario medio de un español. El Gobierno está intentando trabajar con bonos sociales, ayudas directas, sobre todo en el ámbito energético, pero al final lo que más preocupa al ciudadano es comer», explica Vicente Inglada, que subraya ahora, más que nunca, la conciencia social.

«Va a haber un aumento de gente que va a solicitar ayudas a la Administración. Si a esto añadimos que se están acogiendo familias, ya que la solidaridad tiene que estar por encima de todo, auguro una época en la que tenemos que trabajar la pedagogía de los ciudadanos, la solidaridad, la tolerancia, para evitar esos discursos de odio de que ‘primero son los nuestros y luego el resto de la gente’. Somos una comunidad acogedora y hay que ayudar a los que lo están pasando mal», afirma.

Desde la Asociación de Amas de Casa y Consumidores Tyrius advierten de la necesidad de tomar medidas para minimizar el aumento de los gastos. «Los precios de los alimentos se dispararon en la gran recesión de 2018, y nunca desde esa fecha se habían incrementado los alimentos y las bebidas no alcohólicas. Si ese es el segundo mayor gasto de los hogares españoles, va a afectar mucho a la economía familiar, así que hay que saber gestionar este momento para que el impacto sobre el bolsillo no sea tan grande», aseguran desde la asociación.

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