Reducir el impacto de la inflación en la economía de las familias. Ese es el objetivo de la primera medida anunciada ayer por el president de la Generalitat, Ximo Puig, para hacer frente al importante incremento de los precios que ha provocado la invasión de Rusia en Ucrania.
Consiste en la rebaja de un 10% de todos los impuestos y tasas que dependen directamente de la administración autonómica y también de los servicios públicos. Esta es una de las propuestas que el jefe del Consell trató ayer con los sindicatos y la patronal en una reunión que tuvo lugar en el Palau, en la que además de representantes de estos estamentos también estuvieron presentes el Conseller de Hacienda, Vicent Soler, el de Economía y Sectores Productivos, Rafa Climent, y el de Política Territorial, Arcadi España.
El Consell ha enmarcado esta medida dentro del Plan Reactiva, que acabará de concretarse la próxima semana y complementará las que han puesto en marcha el Gobierno de España y Europa.
Esta «respuesta valenciana», como la ha bautizado el president, incluye las tasas que gravan cuestiones administrativas del día a día en la relación de las personas con la administración o las que afectan a espectáculos y publicaciones, transporte, urbanismo (licencias de ocupación de vía público, por ejemplo), sanidad, medio ambiente, agua, industria, comercio o energía, entre otras. Como ejemplo, el TRAM de Alicante verá reducido el precio del billete en un 50% como ya se hizo en su día con Ferrocarrils de la Generalitat.
También afecta a servicios públicos como el canon del agua que aplica la Epsar, lo que permitirá reducir la parte de la factura que procede del saneamiento.
Además, Puig abrió la puerta a que la medida se pueda extender al siguiente escalón, es decir, a aquellos servicios que pertenecen a la administración pero su gestión depende de empresas, como las líneas de transporte de transporte interurbano de todo el territorio. En ese sentido, negociará con las concesionarias para tratar de llegar a acuerdos que permitan una rebaja de las tasas que llegue incluso al Cercanías de Renfe.
«Desde la Generalitat vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para bajar los precios y frenar la inflación», indicaba Puig, quien recordaba que «los efectos los sentimos todos en los supermercados, las gasolineras y también el tejido productivo».
Al mismo tiempo, Puig recordaba el decreto firmado el pasado viernes con medidas para favorecer la eficiencia energética, que busca agilizar la instalación de elementos que generen energías renovables y también un cambio en la legislación autonómica. La medida busca «generar una mayor capacidad de soberanía energética» que permita frenar la escalada de precios además de luchar contra el cambio climático.
El diálogo social, clave
El jefe del Consell, por otra parte, hacía también un llamamiento para que el sector privado realice un «esfuerzo» y tome, como el Consell, medidas destinadas a evitar que las familias tengan que soportar la subida de precios provocada por la guerra de Ucrania. En ese sentido apuntaba que «el diálogo social es clave» y emplazaba a sindicatos y patronal a «trabajar juntos para ayudar al tejido económico». Puig considera que «todos los sectores deben ir alineados en la misma dirección».
El president hacía un llamamiento a las empresas a revisar sus márgenes porque «no podemos permitir que nadie se beneficie de una situación tan díficil», por lo que reclamaba «la máxima responsabilidad».
