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EL RIESGO DIGITAL

El espionaje que amenaza a todos

Santiago Escobar, experto en ciberseguridad de la Politècnica, alerta del creciente riesgo al acceso ajeno a nuestros teléfonos inteligentes

El espionaje que amenaza a todos

Nunca nuestra intimidad ha estado tan expuesta como ahora. Somos un contenedor de información de paredes finas, con pequeños candados que creemos seguros, pero que en realidad son frágiles. Lo dicen los expertos y lo demuestran los últimos casos de espionaje electrónico. Nuestros teléfonos móviles son más accesibles de lo que pensábamos. Cualquier ‘hacker’ bien formado, cualquier ‘software’ bien desarrollado, son capaces de acceder a toda nuestra información: contraseñas, correos electrónicos, escucha de las llamadas o conversaciones de WhatsApp. Suficiente para entrar en nuestra cuentas bancarias. Suficiente para destrozar vidas y reputaciones.

Pedro Sánchez y Margarita Robles han sido los últimos infectados por Pegasus, un programa desarrollado por una empresa israelí para espiar en las altas esferas. Antes, fueron líderes independentistas catalanes y miembros de Bildu. También se filtraron conversaciones entre el presidente de la federación española de fútbol, Luis Rubiales, y el futbolista Gerard Piqué. Y se habla de que líderes de todo el mundo han visto como sus móviles se infectaban. Si personas con altas responsabilidades están expuestas, ¿cómo estaremos los ciudadanos de a pie? Pegasus es sólo la punta del iceberg de la amenaza de un espionaje en código universal.

«Existen antivirus, y a veces es tan sencillo como seguir ciertos consejos para evitar sorpresas. Pero el gran problema es que hasta ahora nadie se ha preocupado del ‘hardware’, de los ‘malware’ que llamamos, que en pocos segundos se pueden instalar en los móviles y convierten el teléfono en un auténtico coladero», explica Santiago Escobar, profesor de la Universitat Politènica de València y experto en ciberseguridad , también miembro del instituto de inteligencia artificial y ciberseguridad Vrain.

«Es un problema del nivel de seguridad del teléfono. No es difícil entrar en el móvil de alguien. Hay muchísimos casos. Como el caso de ‘phising’ con el fraude de la EMT», añade el experto. El ‘phising’ es la forma de instalar un ‘software’ en un dispositivo invitando a cliquear un enlace, que lo descargará desde un servidor. El receptor, por tanto, ha de participar. Una vez ese ‘software’ ha entrado en nuestro dispositivo, ya no podemos hacer nada. «Los ‘malwares’ se instalan en el teléfono y lo controlan todo. Son programas maliciosos que se instalan sin saber que son maliciosos, ese es el problema. Deja el móvil al descubierto, incluso las contraseñas, porque las copia cuando las tecleamos», añade Escobar, que habla de distintos niveles de seguridad. «Es una cuestión de poner muros de protección. En los casos que hay mucho que ganar, al espía no le importa saltar muros y muros y muros, como en el teléfono del presidente de un país o una ministra. Pegasus es la élite, pero por debajo hay muchas formas de entrar al teléfono», explica.

Programas de espionaje, afirma Escobar, hay muchos. Y siguen desarrollándose nuevas formas de acceder a nuestros dispositivos. «Hay muchas formas de espionaje electrónico. Ahora está la de aquel o aquella que lo instala en el móvil de su pareja para controlarla, o a la ex, o el de una empresa que quiere controlar a sus trabajadores. Es tan fácil como contratar a un ‘hacker’ por internet y él se encarga de todo. Eso existe», explica el experto.

¿’Hackers’ que se anuncian en internet? Sí, los hay. Levante-EMV se ha puesto en contacto con uno que publica su oferta en un popular portal de anuncios. Ofrece un espionaje completo: «Acceso completo a cualquier red social. Rastreo de llamadas y ubicación GPS. Espía de llamadas en tiempo real. Recuperación de archivos eliminados. Borrado de deudas, antecedentes y asnef», reza el aviso.

Es uno de los muchos ‘hackers’ que se anuncian con asiduidad en diferentes portales. Curiosamente, nadie ha renovado el anuncio en las últimas semanas. Los ‘hackers’ están en silencio, a la espera, posiblemente, de que pase la ola. ¿Precio? El coste va por aplicaciones. Acceder al WhatsApp de otra persona está por encima de los 200 euros, y así ocurre con cada aplicación que queramos espiar, como los mensajes privados de las redes sociales. Está comprobado. Los ‘softwares’ existen, funcionan y están al alcance de cualquiera que esté dispuesto a pagar por ellos. Eso sí, espiar el móvil de otra persona está penado con hasta 4 años de cárcel. «En algunos contextos es legal. El límite de que es legal e ilegal es muy discutible. Hay muchos casos que alguien ha instalado un ‘malware’ a su pareja y le ha denunciado», explica Escobar. «Hablamos del espionaje legal cuando hay asuntos policiales de por medio, evidentemente», afirma el experto.

Lo que está claro es que ‘entrar’ en el teléfono móvil de otra persona es posible. Hay tantos tipos de espionaje como perfiles de ‘hackers’ con malas intenciones. «Lo de sacar dinero de las cuentas con bizums está a la orden del día. Entran en tu teléfono con algún virus de este tipo. Todo está relacionado con que hay un mercado negro de móviles robados. La gente sabe donde tiene que ir a buscar móviles sustraídos y hay se producen, también, robos de identidad», afirma el experto en ciberseguridad.

Las recomendaciones para protegernos del espionaje empiezan por la actualización del sistema y de las aplicaciones: «Se actualizan, precisamente, para corregir errores y cerrar rendijas a los espías».

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