La antigua ciudad de Pompeya, que quedó sepultada tras la explosión del volcán Vesubio en el año 79 d.C., ha vuelto a mostrarnos un nuevo tesoro que revoluciona el conocimiento que teníamos hasta el momento de la civilización romana. Un equipo de investigadores del que forma parte el valenciano Llorenç Alapont, arqueólogo y antropólogo forense, ha hallado el que podría ser el vino conservado más antiguo del mundo y que está analizando los laboratorios de la Universitat de València.

La caja de metal que contenía la urna de cristal donde estaba el "líquido rojizo" Llorenç Alapont

Según explicó el propio Alapont en una conferencia impartida en el Instituto Alavés de Arqueología, la urna de vidrio que contenía estos "seis litros de líquido de color rojizo oscuro" estaba enterrada en la tumba de Marcus Venerius Secundio, otro de los grandes hallazgos realizados por el equipo de investigadores por lo peculiar del enterramiento.

Sería el vino más antiguo conservado de la historia porque hablamos de más de 2.000 años

El profesor Alapont explicó que se espera que "próximamente" se confirme que se trata de vino este líquido. Si esto es así "es la primera vez que se ha podido conservar vino en este estado y, por supuesto, sería el vino más antiguo conservado de la historia porque hablamos de más de 2.000 años", contaba este valenciano. Esta sustancia estaba contenida en una urna de cristal ("que implica un, muy, muy, elevado lujo) protegida por una caja de metal.

El vino más antiguo del que se tenía constancia hasta ahora es la botella de Speyer encontrada en una tumba romana en la localidad alemana del mismo nombre, y que data del siglo IV después de Cristo.

Hasta el momento, en la ciudad de Pompeya se habían encontrado restos secos de vino en algunas de los comercios que se hallan en las vías de esta fantástica ciudad ubicada en la bahía de Nápoles.

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En lo que respecta a la tumba de Marcus Venerius Secundio, algunos de los hallazgos más revolucionarios tienen que ver con que los restos de Venerius fueron inhumados y no incinerados, algo altamente extraño puesto que solo los niños de muy corta edad ("a quienes no les habían salido los dientes") no merecían ser incinerados. También se trata de la única tumba encontrada hasta el momento que tiene cámara sepulcral.

La urna de cristal en la caja de metal y detalle de un clavo de cobre Llorenç Alapont