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Migraciones

Vidas salvadas por la regularización de 2005

Haron y Mohamed se documentaron con los "papeles de Zapatero", la última regularización de migrantes que hizo el Gobierno, que legalizó a 550.000 personas. Pasaron de dormir en la calle a encontrar trabajo, casa y formar una familia

Haron y Mohamed, en el centro de trabajo donde el primero trabaja como informático. Miguel Angel Montesinos

Mohamed y Haron llegaron por vía marítima, pero no igual. Mohamed trabajaba como marinero en un pesquero español que fondeaba en Mauritania, su país. Harón huyó a pie de la pobreza extrema con 13 años. Salió de Togo caminando, llegó al Norte de África y su patera atracó en España a los 17. Mohamed pisó Canarias en unas vacaciones, aprovechando los meses en los que 'cierran el mar' en Mauritania para que los peces crezcan. Haron llegó tras cruzar una ruta peligrosísima siendo menor.

Mohamed y Haron tienen poco en común, pero están en puntos parecidos de sus vidas. Los dos han formado una familia en España, tienen trabajo estable, casa e hijos. Y eso es, en una enorme parte, porque llegaron en 2004, meses antes de que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero anunciara la sexta regularización masiva de migrantes que se ha hecho en España. Para conseguir un permiso de trabajo solo eran necesario seis meses de empadronamiento y un precontrato firmado. Así, el Gobierno español legalizó a 550.000 personas en los conocidos como "papeles de Zapatero". Dos personas dentro de ese medio millón fueron Haron y Mohamed. Hoy el primero es informático y el segundo taxista. Pero los dos, en 2004, llegaron a dormir en la calle atrapados por la irregularidad administrativa. La regularización les cambió la vida.

Son dos ejemplos de lo que el Consejo de Europa calificó en su día como "un éxito", ya que para legalizar a estas personas existía "un consenso entre agentes sociales, una demanda real de regularización por las partes interesadas y una respuesta a la necesidad de la sociedad en el mercado de trabajo". Diecisiete años más tarde el tejido antirracista estatal ha vuelto a poner el debate encima de la mesa. Bajo la campaña "RegularizaciónYa" se ha iniciado una recogida de 500.000 firmas (a fecha de este reportaje han conseguido más de 330.000) para forzar un debate en el Congreso de los Diputados a través de lo que se conoce como Iniciativa Legislativa Popular (ILP). Las demandas del colectivo son similares a lo que ocurrió en 2005; permisos para las personas migrantes que están ahora mismo sin papeles en el territorio, que se estiman en unas 500.000. Lo que en 2005 partió del Gobierno nace hoy desde la sociedad civil.

Las siete veces que España regularizó a sus migrantes 

Más allá de la de Zapatero en el año 2005 (la más numerosa con 550.000 personas), Gobiernos de ambos colores políticos han aprobado siete regularizaciones en la historia reciente de España. La primera fue aprobada por el PSOE en 1986, a la que le siguieron dos más en 1991 y 1992, dando papeles a 450.316 personas en total. Tras esto, el Partido Popular aprobó tres más en 1996, 2000, 2001, regularizando a un total de 334.882 personas en esos años. G.sánchez valència


Harón trabaja en el centro de Formación Profesional Xabec, y de los 19 años que lleva en España ha estado empleado en la obra, como mecánico, en un almacén y varias veces como informático, ya que se formó mientras trabajaba en este tiempo. De los 13 a los 17 cruzó un desierto y se subió a una patera para llegar aquí. A los 18 estuvo una temporada durmiendo en Casa Caridad y València Acoge porque no tenía papeles ni posibilidad de tenerlos. Pero Haron dice que no le apetece contar lo malo, prefiere enfocarse en lo bueno, porque tiene mucho.

Mohamed y Haron en una calle del barrio de Orriols, en València. Miguel Angel Montesinos

Nada más entrar en vigor la regularización se buscó la vida para cumplir los requisitos y encontrar un contrato. "Al día siguiente estaba trabajando y así sigo hasta hoy", explica desde el centro de FP. Recuerda como la regularización "vació las calles de gente, el parque del cauce del Turia (donde por la noche suelen dormir las personas sin hogar) se vació de gente. Los papeles de Zapatero hicieron bien a muchísimas personas, que hemos trabajado, hemos cotizado y hemos formado una familia", añade. Porque "yo no vine a España a vivir de las ayudas y nadie viene por eso. Si quieres formar parte de la sociedad tienes que aportar tu granito de arena con los impuestos", continúa.

"Ese año se vació el cauce del Turia de gente que dormía allí. Mucha gente se puso a trabajar", dice Harouna

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La historia de Mohamed es muy parecida. Se fue de vacaciones de su trabajo a Canarias y un amigo le convenció que se quedara porque Mauritania vivía una época de crisis que no parecía tener fin. Antes de que se acabara su visado aceptó, y se trasladó a Roquetas del Mar (Almería) para trabajar en el campo. El visado duraba un par de meses y coincidió poco tiempo hasta que llegó la regularización. "Se lo conté a mi jefe y él me hizo papeles encantado, como trabajaba muy bien no tenía problema y en tres días tenía todo en regla", continúa. Tras Almería pasó por muchas más ciudades como Madrid, Barcelona y Lleida, hasta que se quedó prendado de València "por la ciudad y por el clima, y dije 'aquí me quedo'". Siguió en el campo, luego en la obra, después se sacó el carnet de camión para trabajar en Danone y ahora es taxista. Ni un año ha dejado de trabajar.

Capacidad de elegir en la vida

Haron y Mohamed coinciden en que sin la regularización "probablemente estaríamos durmiendo en la calle o en el cauce del río", o como mínimo "nos habría costado muchísimos años poder legalizarnos". En esa situación se encuentran ahora muchos migrantes en España. "Yo conozco muchas personas en el barrio con ganas de trabajar y de aportar a la sociedad, pero si papeles no hay nada. Si no tienes alternativa acabas en el trapicheo para arriba o para abajo o robando. Conozco muchas buenas personas que acabaron así por no tener salida", continúa Mboirick.

"Si tienes papeles, puedes elegir en la vida", explica Haron. Si no, no hay nada. "Acabas trabajando en B en el campo, porque uno ve un negro que no tiene papeles y dice 'pues lo cojo, le pago 500 euros al mes y va hacer lo que yo le pida'. No hay otra salida", lamenta Haron. "Yo creo que habría que dar papeles a esa gente para que estén bien. Para que coticen, tengan sus buenos sueldos, derecho a paro y vivan tranquilos. Eso sería bueno para la economía", añade. "Aunque no parezca nada, el saber que si pasa algo tienes ese derecho a paro y estás contribuyendo significa mucho", sentencia.

Haron se siente togolés y valenciano porque lleva más aquí que allí. "Yo trabajo, mi mujer trabaja y tengo tres hijos que trabajarán y cotizarán. No venimos aquí para aprovecharnos del sistema, queremos contribuir y vivir tranquilos", cuenta.

Tanto Haron como Mohamed desmontan el argumento de que se podría generar un efecto llamada. "Que la gente no se equivoque, no estamos llamando a la gente para darles papeles gratis. La gente se piensa que es así pero no. Si te dan un permiso de trabajo de un año y no trabajas durante cierto tiempo te lo quitan. Hay que estar integrado en el sistema", dice Haron.

Por eso critica que "hay migrantes que llevan 5 años en España y no han cotizado nada, pero no porque no quieran sino porque tienen un jefe que se está aprovechando de ellos. Pero si tuvieran papeles se acabaría ese tipo de explotación en la economía sumergida; podrían firmar un contrato decente, cotizar, tener unas condiciones dignas. Creo que sería bueno para todos" sentencia.

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