La Comunitat Valenciana duplicará en las próximas semanas la implantación de energía fotovoltaica. El Consell ha autorizado estos últimos meses 19 nuevas instalaciones, a las que se sumarán en las próximas semanas otras 19 que ya cuentan con la autorización favorable ambiental pertinente. Entre los proyectos destacados se encuentran una planta en Villena, otras cuatro en Elx, tres más en la provincia de Castelló y una en Cofrentes, como señalaba ayer el president Ximo Puig, que enmarcaba el impulso como reacción al conflicto bélico por la invasión de Rusia a Ucrania.

Ximo Puig en el encuentro informativo de Levante-EMV, Información y Mediterráneo en el Muvim. F. Bustamante

Puig admitía la necesidad de acelerar hacia la transición energética en el marco del encuentro informativo «El desafío renovable en la Comunitat Valenciana», celebrado en el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (Muvim). Promovido por el Grupo Editorial Prensa Ibérica a través de sus periódicos Levante-EMV, Información y Mediterráneo, el acto contó con la colaboración de la firma Statkraft, empresa líder en generación hidroeléctrica y el mayor productor de renovables de Europa. 

"En situaciones de emergencia se exigen situaciones de emergencia"

La Administración valenciana ha recibido 441 solicitudes para el desarrollo de energías alternativas, según Puig, con lo que se pretende alcanzar los 6.154 MW. Aunque incidía en que el proceso ha ido más lento de lo requerido en tiempos de emergencia climática, recordaba la necesidad de dotar las decisiones de un marco jurídico seguro. Punto en el que reiteraba el incremento de personal para agilizar trámites, sobre todo para aquellos desarrollos de menor impacto. 

En un contexto complicado por la inflación, el aumento del precio de los combustibles y el necesario avance hacia la neutralidad climática fijada por los Acuerdos de París y la propia Unión Europea, Puig recordaba que el territorio valenciano cuenta con un «yacimiento inagotable de sol». Un factor determinante y diferenciador que supone «una ventaja competitiva, una oportunidad de inversión y nuevos empleos de calidad». Los Fondos Next Generation arbitrados por Bruselas para paliar los efectos de la crisis sanitaria y económica, incidía Puig, son una potente herramienta para sumarse al cambio verde.

Reducción de plazos

Puig remarcaba que el nuevo marco legal que permite la actualización del decreto de 2020 sobre renovables contempla la reducción de los plazos a diez meses para resolver nuevos proyectos que son competencia de la Generalitat, y a seis meses aquellos que corresponden a los ayuntamientos. También la agilización de iniciativas de 10 megavatios o menos, con su tramitación por vía de urgencia y la ocupación máxima del 3 % del suelo no urbanizable.

Tras la radiografía, el jefe del Consell abogaba por un «gran pacto por la energía» entre partidos políticos, administraciones, agentes sociales y el conjunto de la sociedad civil para «atajar en el camino de la descarbonización» al tiempo que se asegure una «sostenibilidad justa». «Es fundamental mirar con luces largas para garantizar el respeto al medio ambiente y el empleo tanto de hoy como del futuro», enfatizaba, para subrayar: «No es tiempo para dudas». «Es urgente alcanzar la soberanía energética para pasar de importar combustibles fósiles a ser exportadores de energía verde», manifestaba, en todo un alegato de la ruta marcada por el Botànic II.