En pleno verano, resulta inevitable pensar en los problemas de desertificación y sequía que afectan a más de 110 países en el mundo. Debemos concienciar de la importancia que tiene para los seres humanos abordar y dar soluciones a los problemas de desertificación y sequía, y más desde un país tan perjudicado como lo es España.

La desertificación es el resultado de una permanente degradación de los suelos, ocasionado por una constante deforestación de los bosques, salinización, falta de agua y sobreexplotación de los acuíferos. En cambio, la sequía representa una modificación o anomalía del clima, que ocurre cuando los niveles del agua están por debajo d leo que corresponde en una determinada área geográfica.

Actualmente, la desertificación es una amenaza creciente en la Unión Europea, causada tanto por la actividad humana como por el cambio climático. A partir de datos paleoclimáticos e investigaciones se espera que los cinturones de lluvia y las zonas secas del planeta se desplacen hacia el norte.

Los escenarios de cambio climático indican una creciente vulnerabilidad a la desertificación en todo el planeta. Las temperaturas van en aumento, hay más períodos

de sequías y menos precipitaciones por el sur de Europa. España, Portugal, Italia y Bulgaria son países que ahora mismo están sufriendo los efectos.

Para el caso de España, la sequía también es uno de los riesgos climáticos más complejos y dañinos. Actualmente estos eventos se están recrudeciendo y las proyecciones climáticas apuntan hacia un incremento. Las zonas más afectadas son Castilla la Mancha, el valle del Ebro y el sureste peninsular. Se trata de un problema grave que ocasiona millones de pérdidas económicas al año.

A pesar de que nuestro país está gravemente castigado por las sequías y los incendios, los bosques siguen creciendo; y el abandono del campo y de los cultivos son la principal causa. Esto resulta ser de momento un factor tranquilizador, especialmente si tenemos en cuenta que en los últimos años el bosque ha crecido un 30%. De cara al futuro, las proyecciones van en dirección totalmente opuesta. Tendremos que mantenernos vigilantes.