La exposición de 150 portadas por el aniversario de Levante-EMV es un viaje a la memoria. Es seguramente la definición más precisa de lo que provoca viajar en el tiempo a través de los 150 hechos, uno por año, más relevantes que ha reflejado este diario en su siglo y medio de vida. Desde que se publicara por primera vez el 24 de octubre de 1872, prácticamente toda la historia ha quedado reflejada en sus portadas. Desde ayer están en la Plaza de la Reina de València, y hay una cosa clara: "Es emocionante ver cómo se contaron las cosas que hemos vivido".
La declaración es de Belén Nava, que visita con sus hijos esta muestra a medio día. Destaca la evolución que se ve, a todos los niveles, del diario y la historia: tipografías, formatos, noticias importantes, anuncios... cómo las etapas de la vida quedan reflejadas sobre el papel. "Soy periodista, así que el 11S lo viví en una redacción, donde el director aseguró que era un momento histórico... Ahora, lo ves aquí y recuerdas aquel día". No solo eso. El feroz accidente que terminó con la vida de 25 personas en Xirivella, cuando un tren arrolló a un autobús de trabajadores despierta en Nava otro recuerdo; el de su padre, "recordando cada día, cuando íbamos al colegio, que en ese paso a nivel hubo un accidente mortal".
Los visitantes a la exposición, que estará en la Plaza de la Reina hasta el 24 de octubre, cuando se celebre la gala del 150 aniversario, van dejándose sorprender por cada titular o imagen. Una, la de Miguel Ángel Blanco intubado entrando en el hospital tras los dos tiros de ETA (1997), quita el aliento, y las consecuencias que tuvo, aún más. El conocido como 'Espíritu de Ermua' despertó, en parte, con esa fotografía, al mostrar al mundo lo que hacía la banda terrorista. Lo explícito de la imagen contrasta con solo una más allá: en 2004, con el atentado del 11M en Madrid, los cadáveres se amontonaban en bolsas negras junto a las vías del tren.
Hay una inquietud que todos los que hasta allí se han acercado tienen, buscar la portada del año en el que nacieron. En el caso de Josep David encuentra rápidamente la del Golpe de Estado fallido del coronel Antonio Tejero (1981), y destaca de la exposición el lenguaje que se utilizaba según el Estado que había: "Se ve claramente el maniqueísmo que había bajo la dictadura de Franco y cómo después, en la democracia, se libera algo más", señala.
Hay una portada que gana en popularidad a las demás: la proclamación de la República el 14 de abril de 1931, la primera vez que se usó color en la impresión. Fue el rojo, para enfatizar el texto y el dibujo de una mujer, que no volvería a usarse hasta mucho después: en 1939, cuando Francisco Franco toma el poder. "¡Arriba España! Franco es España, España es Franco" se lee en la primera página de aquella edición.
Esa portada de la República copa las miradas, pero otra también está más que presente en la memoria colectiva valenciana: la 'riuà' de 1957. César Neira reconoce que la vivió desde la cama, enfermo por gripe, y no olvida "cómo se veía correr el agua por lo que entonces era la Avenida José Antonio, hoy Reino de València". Otro hombre, Ramón Ferrer, asegura que la recuerda nítidamente porque trabajaba, con 12 años, como botones en el Ateneo Mercantil y vio cómo de 9 de la mañana a 9 de la noche, la ciudad se inundaba.
Amparo Murria y José Amelio también la recuerdan bien. Ella vivía en Ruzafa y él en la calle Conde de Montornés, y José Amelio recuerda cómo el agua llegaba al primer piso. Lamenta que hayan retirado la placa en la Glorieta que recordaba la altura que alcanzó el agua.
Le ha llamado la atención otra portada, la que recuerda los bombardeos de 1938 que asolaron las primeras casas de la Avenida del Puerto y se mantuvieron años derruidas, hasta que las retiraron. Amparo, por su lado, le ha gustado la portada del año de su nacimiento, cuando se convocó la Conferencia de Teherán. Por encima, hay una favorita: la de la aprobación del sufragio femenino, el 23 de abril de 1933.
Curiosidades y anécdotas
La exposición es también un juego, como se lo han tomado algunos de los visitantes que han reparado en anécdotas y curiosidades. Por ejemplo, Pedro Zamora y Maria Dolores Morcillo se han fijado que durante casi 70 años el periódico no varió su precio: cinco céntimos. Ahora bien, en 1920 fue el último año que mantuvo ese precio, ya que en 1921 comenzó a cobrarse a 10 céntimos. "También nos ha llamado la atención que en 1932 ya se hablara del Estatut de Autonomía, nos parecía muy pronto", señalan.
Los anuncios en primera página también resultan curiosos: una frutería vendía 12 huevos a 120 pesetas, pero es que además las esquelas de las personas fallecidas se publicaban en primera página, como recae también Carmen Ferrero. "Me ha llamado la atención también la proclamación del sufragio universal masculino, que parece que ellos han podido votar siempre y tampoco", bromea. Su compañera Lola recae en otro detalle: "En el 1878, por alguna extraña razón, El Mercantil Valenciano pasó a llamarse La Gaceta Valenciana, solo durante ese año", dice.
