Los profesores valencianos, perdidos ante la nueva ley: "Tenemos dudas sobre cómo evaluar"

"Tengo que hacer un examen de filosofía ¿Cómo lo evalúo?". Es la consulta de una profesora a un sindicato educativo. Una de todas las que llegan de cada centro relacionadas con la nueva ley educativa del Gobierno (Lomloe). "Nadie nos ha explicado cómo evaluar, aplicaron la ley en agosto a toque de pito y en septiembre todos hemos tenido que improvisar sobre la marcha, sentimos que nos han echado a los leones", se quejan muchos.

La nueva ley educativa del Gobierno se ha aprobado con poco margen de maniobra, tratando de apurar los plazos antes del final de legislatura y un posible vuelco electoral. Por eso ha producido efectos indeseados, como que la nueva selectividad se retrase un año, hasta 2028. Serán los actuales estudiantes de primero de la ESO los que vivan las nuevas pruebas.

Esto también ha servido para dar un año de margen al profesorado y los sindicatos, que habían puesto el grito en el cielo por la celeridad de la ley y la falta de consenso. "Nos quejamos de que no se ha hablado con los sindicatos ni con los profesores, aprobaron el decreto en agosto y en septiembre los docentes han empezado a dar clase como han podido", afirma Marc Candela, portavoz del Stepv, sindicato mayoritario entre los docentes.

Víctor Ramos es profesor de valencià en un instituto de València. Explica que la ley "nos ha pillado a pie cambiado. De momento no sabemos bien a qué atenernos porque todo han sido prisas y ha generado confusión en los profesores".

Ramos añade que "en la primera evaluación estamos teniendo muchas dudas sobre cómo hacer los exámenes y lo estamos solucionando sobre la marcha, creemos que ha sido un poco precipitado", apunta.

La Lomloe ha entrado en vigor este mes de septiembre solo para los cursos impares, es decir, primero y tercero de la ESO y primero de Bachillerato. El decreto fue aprobado por el Gobierno en el mes de agosto cuando el curso empieza en septiembre, y las formaciones de profesorado en los Cefire se dan a día de hoy con mucha intensidad debido a la alta demanda.

Los plazos cortos para aprobar la ley provocaron las críticas de sindicatos de profesores, de casi todas las autonomías y de la Real Academia Española o la Red Española de Filosofía en el caso de la nueva selectividad. Todo eso produjo que la legislación se haya tenido que retrasar un año, tanto la selectividad como la entrega de los programas educativos del profesorado.

Kilian Cuerda, del sector educativo de UGT, matiza que "la ley en sí nos parece positiva, y creemos que elimina muchos aspectos retrógrados de la anterior ley educativa, la Lomce, del Partido Popular", igual que piensa Marc Candela. Pero también denuncian que "es una ley que se ha sacado sin diálogo con sindicatos y profesores, y con muy poco tiempo para aplicarla".

Burocratización de la enseñanza

El profesorado tiene que aplicar la ley a partir de ahora, pero no se les exigirá un programa educativo completo como ha sucedido en otras ocasiones. En su lugar, el próximo 15 de diciembre tendrán que entregar un "esquema de cómo van a organizar el curso", y el programa completo y fundamentado se entregará el 24 de junio del año 2024, cuando la Lomloe llegue también a los cursos pares, según explica Miguel Soler, secretario autonómico de Educación.

La C. Valenciana es una de las pocas autonomías que da un año más de plazo para entregar los programas (la mayoría han de entregarse en junio de 2023), con la intención de "liberar de esa angustia al profesorado", según cuenta Soler. Es decir, que tendrán dos años para preparar y organizar bien los contenidos con la nueva ley .

Soler además, tranquiliza al profesorado explicando que "un buen profesor de matemáticas seguirá siendo igual de bueno antes y después de esta nueva ley". Como cuenta, "los saberes no cambian, al final de la etapa se tienen que alcanzar los mismos conocimientos, lo que cambia es el enfoque y la forma de introducirlos", remarca.

En esta línea Soler añade que "es normal que el profesorado tenga dudas, porque un cambio educativo no se consigue de la noche a la mañana, sino que lleva tiempo". Educación defiende que, aunque el decreto se aprobó en agosto, "nosotros pasamos el texto con las novedades y empezamos a dar formación en el mes de mayo, cuando estaba prácticamente cerrado", explica.

"Ya pasamos casi más tiempo escribiendo informes que preparando las clases", se queja Víctor Ramos. Es una de las principales denuncias de los docentes hacia el nuevo modelo educativo. Miguel Soler, secretario autonómico de Educación, afirma que "tienen razón".

Por eso anuncia que Educación condensará todos los planes educativos que tienen que hacer los centros en base a la nueva ley en uno solo para intentar eliminar ese exceso de burocracia. Es más, a partir de marzo afirma que presentarán un decreto para que los centros educativos solo tengan que presentar una memoria al año, y poder aliviar así la carga que muchos profesores denuncian que sufren desde hace años, y que venía a incrementarse aún mas con esta nueva legislación educativa.

Nuevo modelo, mismas ratios

Los sindicatos insisten en que la nueva ley es positiva, pero tienen dos quejas fundamentales. La primera son los tiempos tan cortos de aplicación, y la segunda es que continúan las mismas ratios que, aseguran, "son bajas". "No es lo mismo aplicar la ley en una clase con 30 alumnos que en una con 15", explica Cuerda.

Para ellos se trata de "un salto metodológico forzado", porque faltan profesores para atender la demanda. "Creemos que la ley no tiene en cuenta los recursos que hacen falta para aplicarla, las horas extra que debe hacer el profesorado ni la falta de personal", añade Cuerda.

El Stepv, por su parte, critica la carga de trabajo extra. Crear un programa educativo ya es algo que requiere de mucho trabajo en condiciones normales, si además tienen que hacerlo a contrarreloj todavía más", critica. Por otro lado, este año hay mucho profesorado que da clases bajo la nueva ley y otras con el antiguo programa educativo. "Y si además eres un interino que se está preparando las oposiciones para estabilizar la plaza es ya casi inasumible", sentencia Candela.