Nuevas masculinidades

Uno de cada tres hombres jóvenes valencianos piensa que el feminismo busca perjudicarles

Un estudio sobre nuevas masculinidades asegura que los jóvenes con comportamientos machistas son más infelices, tienen peor salud y se exponen a más conductas nocivas como la violencia o las drogas

Beatriz Martín, directora de Fad Juventud, junto a la directora general del Institut Valencià de la Dona, María Such, y el director general del IVAJ Jesús Martí.

Beatriz Martín, directora de Fad Juventud, junto a la directora general del Institut Valencià de la Dona, María Such, y el director general del IVAJ Jesús Martí. / Montesinos

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Estar dentro de la caja del machismo significa pensar que los hombres no lloran. Que un hombre de verdad puede solucionar sus problemas por medio de la violencia. Significa pensar que que los chicos no juegan con cosas de chicas, que ser hetero es ser "más hombre" o que son más afeminados los que dedican tiempo a cuidar su apariencia.

Un 17 % de los jóvenes valencianos (de 15 a 29 años) están dentro de esta caja. Y estar dentro significa tener peor salud, física y mental, significa ser más infeliz y sentir una mayor presión social. Incluso significa que uno de cada dos jóvenes dentro de la caja han tenido ideaciones suicidas. En conclusión, la masculinidad hegemónica y tradicional crea, en muchos casos, hombres rotos.

Son datos del último informe del Centro Reina Sofía de la Fundación Fad Juventud, centrado este año en las nuevas masculinidades y que usa esta analogía para representar a los hombres que abrazan las masculinidades tradicionales e ideas machistas. El informe se ha presentado en la Biblioteca de la Dona de València y ha contado con la participación de la directora del Institut de la Dona, María Such, y el director del IVAJ, Jesús Pla, junto a investigadores del centro.

La mitad de los hombres con ideas machistas dice haber tenido ideas suicidas y problemas de salud mental frecuentes

La conclusión es que la mayoría de hombres y mujeres jóvenes rechazan los valores tradicionales de la caja. Están, o fuera, o al borde, mientras que un 17 % está dentro. Pero aún así existen aspectos muy preocupantes. Uno de cada tres hombres jóvenes piensa que el feminismo busca perjudicarles, uno de cada dos creen que los hombres están desprotegidos ante las denuncias falsas por violencia de género y el 25 % de los jóvenes (ellos y ellas) piensan que el feminismo no es necesario porque ya hay igualdad entre hombres y mujeres.

Estudio de mascunilidades en la Comunidad Valenciana, Institut de la Dona

Estudio de mascunilidades en la Comunidad Valenciana, Institut de la Dona / Miguel Angel Montesinos

Es incluso más preocupante que el 35 % de las mujeres piensen lo mismo sobre las denuncias. "Creemos que este discurso ha calado mucho entre la juventud, y es una llamada de atención para la sociedad. Tenemos que encontrar antídotos para desmontarlo", explica Anna Sanmartí, una de las investigadoras del estudio junto a Stribor Kuric.

Hay muchas variables que influyen en que los hombres (que son los que más abrazan estos valores) estén más dentro o fuera de la caja. La clase social alta es uno, la ideología política de derechas otro, y el nivel de estudios (son más tradicionales los que tienen bajo nivel de estudios). También abrazan más estos valores los hombres religiosos.

Beatriz Martín, directora de la Fad, explica que "nos preocupa el negacionismo de la violencia de género en la juventud, que crece respecto a otros estudios". Esta muestra se realizó con jóvenes de toda España en el mes de mayo de 2022.

Hombres insatisfechos

Según el estudio los hombres se autoperciben, de media, como más felices que las mujeres. Pero si ponemos el foco en los jóvenes dentro de la caja la cosa cambia radicalmente. Hasta el punto de que el 48 % de los hombres dentro de la caja dice haber tenido ideas suicidas.

Estudio de mascunilidades en la Comunidad Valenciana, Institut de la Dona

Estudio de mascunilidades en la Comunidad Valenciana, Institut de la Dona / Miguel Angel Montesinos

Uno de cada cuatro aseguran que tienen problemas de salud mental con frecuencia. Además, en proporción, los hombres dentro de la caja son mucho más propensos a tomar conductas de riesgo y confiesan haberlas practicado recientemente. Estas conductas son haber participado en peleas (50 %), conducir bajo los efectos del alcohol o drogas.

"Tener determinadas concepciones de lo masculino y de lo que es 'ser hombre' acarrea más conductas de riesgo, más hombres insatisfechos e infelices y estar más expuesto a la violencia e incluso con ideas suicidas", remarca Sanmartí.

Un punto interesante tiene que ver con las mujeres (el estudio se centra en ellos pero también tiene datos de ellas) es que prefieren montarse en un coche con una persona bebida que volver solas y andando a casa. Pese a todo, hay datos que reflejan el avance social conseguido. El 70 % de los jóvenes (hombres y mujeres) piensan que la violencia de género es un problema social muy grave.

Por otro lado, uno de cada cuatro hombres jóvenes piensan que por culpa del feminismo es difícil ligar y casi la mitad creen que no se puede debatir con feministas porque te acusan de machista muy rápido. Entre estas ideas también hay hombres jóvenes que están "fuera de la caja" y demuestra que "muchos tienen todavía ambigüedades y contradicciones que implican un proceso".

La coraza del machismo

La caja del machismo también se puede ver como una coraza que constriñe a muchos hombres. "Es una coraza que impide que puedan mostrar sus vulnerabilidades, y eso agobia mucho", explica María Such, directora del Institut de la Dona.

Por eso explica que hacen falta herramientas. Primero, para que "los hombres den el paso. Los roles de género también son nocivos para ellos, no siempre se pude ser el fuerte que ha de soportar toda la presión, tienen que atreverse y deshacerse de eso", cuenta.

Para Jesús Pla, director del IVAJ "el feminismo ya ha ayudado a los hombres a cambiar en muchos aspectos. A pesar de los datos ha habido un avance claro en la sociedad, y ha entrado dentro de la normalidad de las conversaciones, y la gente joven es el mejor ejemplo".

Después, cuenta Such, "darles conocimientos para frenar situaciones que perciben. Por ejemplo, no normalizar que un amigo trate mal a su novia, hace falta que planten cara a estas cuestiones, incluso que los hombres se atrevan a responder en los grupos de wattsap", añade.