La sostenibilidad se perfila como aliada del sector agroalimentario

El sector agroalimentario valenciano afronta una situación «anómala» por la subida de precios de sus productos hortofrutícolas. El motivo cabe buscarlo en la primavera y el verano del año pasado, cuando las altas temperaturas junto a varias olas de calor y la sequía obligó a las organizaciones agrarias a asumir unas previsiones para nada halagüeñas: esperaban, por ejemplo, una caída de hasta un 25 % en la cosecha de la uva y alrededor de un 8 % menos en el caso de la citrícola. «Estamos sufriendo las consecuencias», señaló Carlos Baixauli, director del Centro de Experiencias de Cajamar en Paiporta durante una tertulia en el programa Raonem de LevanteTV.

El espacio televisivo reunió el pasado martes a cinco personalidades relacionadas con el sector del agro de la Comunitat Valenciana para analizar su realidad actual y cuál debe ser el camino a seguir a medio y largo plazo para garantizar su subsistencia. «El elemento más débil de la cadena es el agricultor. Es inaceptable porque hay pérdidas permanentes», lamentó Joan Carles Jover, concejal de Promoción Económica Sostenible y Agricultura del Ayuntamiento de Almàssera. Esto, sumado a la escasa valoración que la sociedad tiene de la agricultura, está provocando que el campo esté experimentando un cambio generacional en el que muchos profesionales deciden abandonarlo por la falta de rentabilidad.

Ante esta situación, los tertulianos tenían claro cuál es el camino a seguir: hay que apostar por la sostenibilidad y tomar medidas que vayan encaminadas a «ofrecer una imagen más confiable al consumidor», opinaba Juan Arbona, director de Fertiberia Sagunto, una empresa de fertilizantes que se ha marcado como objetivo descarbonizar sus procesos y que todos sus productos lleven la etiqueta ‘verde’ a partir de 2035. Así, se mostró convencido de que «cada vez hay un mayor sector dispuesto a pagar una diferencia de precio por un producto más respetuoso con el medio ambiente». Sin embargo, Francisco Albert, director de Yovirgenextra Consultoría SL, difirió en este apartado y señaló que «aquí cuesta mucho comercializar el producto ecológico».

Otra solución es la promoción de aquello en lo que «somos líderes, como los cítricos, frutas u hortalizas y ganadería», defendió Baixauli, que destacó el puesto predominante de nuestro territorio a nivel europeo «en cuanto a producto saludable y garantía de seguridad». No obstante, hacer más visibles los productos valencianos a nivel internacional no reportará grandes resultados sin una correcta gestión y organización, según apuntó. «España y la Comunitat Valenciana vamos a rebufo en temas económicos, sostenibilidad y producto tecnológico», señaló Albert, quien concretó, además, que el territorio valenciano está lastrado «por la falta de competitividad por costes de personal; hay que fomentar la unión de productores».

Es verdad que «en el sector agroalimentario nos está costando crear un consorcio con el que ir a Europa y poder acceder a los fondos europeos», reconoció Jover. Por eso sostuvo que establecer una mayor sinergia entre empresas «permitiría resolver problemas más específicos». Aquí entraría en juego, por ejemplo, la Plataforma Tierra impulsada desde Cajamar para ayudar a los agricultores, la base de este sector, a una mejor gestión de sus campos. También el ‘envasado activo’, un proyecto de Aimplas para, como explicó Alicia Naderpour, una de sus investigadoras de packaging, aprovechar las propiedades del lactosuero generado en las queserías para «alargar la vida útil» del producto y aplicar sus componentes probióticos en el pienso animal.

El objetivo final ha de ser unir fuerzas para, según concluyó Arbona, preparar a este mercado a una situación que «en 15 años será completamente diferente».