La expansión sin freno del jabalí en el último lustro implicará una reducción de la especie próxima al 50 % en muchas comarcas. Lo contrario llevaría a un progresivo crecimiento, tal como se refleja en el borrador del nuevo plan de gestión presentado ayer por la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica en el Consejo Valenciano de Caza. Un total de 377 municipios (87 en Alicante, 74 en Castellón y 216 en Valencia), se consideran ya como zonas prioritarias de actuación por el daño a cultivos, a la seguridad vial o incluso a la biodiversidad.
Donde la caza deportiva sea inviable, se contempla el uso de trampas de captura cuya homologación está próxima según el departamento que dirige Isaura Navarro. Además de minimizar las restricciones para su abatimiento, como se recoge en el documento al que ha tenido acceso Levante-EMV, se abre la puerta «a la implementación de alguna otra medida que facilite la eficacia de las cacerías».
Donde la caza deportiva sea inviable, se contempla el uso de trampas de captura
El plan, con una vigencia de cinco años, pondrá en marcha un sistema de monitorización para evaluar los resultados obtenidos con cada técnica y modalidad, teniendo en cuenta el número de cazadores participantes así como el nivel poblacional inicial y final. Además, se pretende fomentar la comercialización y consumo de carne de jabalí. Una reclamación mil y una vez reiterada por parte de los cazadores, que critican la falta de ayudas por parte del gobierno valenciano para una actividad que consideran "esencial".
Limpieza de barrancos
La conselleria también pone deberes a los ayuntamientos, al reclamar una limpieza de las zonas verdes urbanas o periurbanas para evitar la proliferación de la maleza espesa y continua que pueden favorecer el refugio y la cría: zarzales, cañaverales, barrancos y campos abandonados. Además, se pide a los consistorios un seguimiento y comunicación de todos aquellos desperfectos o colisiones que provoquen en la agricultura, mobiliario urbano o automóviles.
Fomentar la caza
La actividad cinegética, se apunta, es el principal mecanismo de regulación y control en el territorio valenciano. De ahí que la nueva planificación autonómica plantee la necesidad de su fomento para revertir la disminución de licencias. En cuanto a la colaboración ciudadana, se insiste en una mayor concienciación social para evitar los puntos de alimentación doméstica accesibles para el jabalí y su cada vez más frecuente presencia en núcleos urbanos.

Lorena Martínez, presidenta de la federación de caza valenciana, reclama a la Administración que fomente la creación de salas de inspección y posible despiece. «En la actualidad no hay ni una sola en toda la Comunitat Valenciana», señala, o que se amplíe la red de puntos de retirada de cadáveres y restos del medio natural. «Ahora mismo son los cazadores los que tienen que hacerse cargo del destino de las piezas», dice.
La propuesta fue presentada ayer además por la consellera Navarro por el director general de Gestión del Medio Natural, Julio Gómez. En el órgano consultivo que es el Consejo Valenciano de Caza están representadas las asociaciones cinegétiicas, la Administración, grupos científicos y conservacionistas, el Seprona de la Guardia Civil y la Policía Autonómica, entre otros organismos e instituciones. El objetivo principal, según la consellera es "seguir implementando medidas para hacer frente a una situación que está causando muchos problemas a nuestro territorio, fundamentalmente a los cultivos y la agricultura, pero también a la seguridad en las carreteras y a la biodiversidad de nuestro medio ambiente".